Quienes me inspiran a seguir

viernes, 9 de septiembre de 2011

Distancias




Habían pasado dos semanas y de Edén ni sus luces. El primer día, cuando ella se le había declarado supo por su respuesta que no volverían a charlar ese día y quizás al siguiente, ya al tercer día había comenzado a sentirse nervioso, al cuarto le había enviado un mail que al quinto día no había sido contestado. Ya cuando llevaba diez días había vuelto a insistir con el mensaje y ahora, el día número catorce los nervios se lo estaban comiendo vivo mientras las preguntas se apilaban una sobre otra, demasiado pesadas para pensar en otra cosa al punto de llegar a tener pesadillas en las que aquella hermosa chica volvía a ese trabajo de mierda que le había contado tenía solo para no tener tiempo de volver a encontrárselo. Ahora, mirando el monitor con nerviosismo se daba cuenta que estaba preocupándose demasiado por ella, que tantos nervios no eran normales.

Abrió la fotografía de la muchacha y se perdió en esos brillantes ojos color chocolate, en esa “trollface” como solía llamarla ella. Si, Edén era una hermosa chica, tanto que él mismo se sentía ligeramente atraído por ella, cosa normal ante ese cuerpo, ante ese rostro cetrino y afilado, esas mejillas sonrojadas, esos labios que deseaba besar…

-Oh… Mi… Dios…

Susurró suavemente, pasmado. Pasó una mano por su cabello de manera descuidada, nervioso, mientras su mandíbula temblaba ligeramente y sus ojos avellanas viajaban por la imagen frente a él, tratando de grabar a fuego a la muchacha, más de lo que ya lo estaba, memorizando cada detalle. Y entonces sucedió, una ventanita se abrió en la parte inferior derecha de su pantalla, una frase que no era la que esperaba pero que sabía era a quien había esperado por catorce días. Ansioso cliqueó sobre la ventanita y esta se abrió, dejando que la ventana de charla del messenger se abriera en finos colores violetas que eran la personalización de la muchacha.

Ángel dice:

¿Edén?

Garden~ Heal the Scars dice:

Aún no me cambio el nombre, así que creo que soy yo —leyó rápidamente. Por el sarcasmo supo que no estaba bien, pero aún así preguntó lo obvio.

Ángel dice:

¿Estás bien?

Garden~ Heal the Scars dice:

Supongo… Estoy viva y entera que yo sepa —vio que aparecía en una línea en su pantalla, más la chica seguía escribiendo— ¿Y tú qué tal?

Ángel dice:

Estoy bien, solo estuve preocupado por ti, como no aparecías y eso —se sinceró con el corazón latiéndole a mil por segundo.

Garden~ Heal the Scars dice:

No tienes que preocuparte por mí, me sé cuidar sola.

Eso era malo, muy malo. Edén estaba tomando una postura muy agresiva con él, más de lo necesario. Bueno, tal vez no tanto, la chica estaba ¿triste? ¿Enfadada por su rechazo? Ni idea de lo que sentía, era una muchacha tan misteriosa que si él no le preguntaba qué era lo que sentía ella jamás en su vida lo diría. Tal vez debía darle más tiempo para que se recuperara, para que lo… ¿Olvidara? Pero, por alguna razón el pensar en alejarse de ella, en no hablarle a diario como habían estado haciendo los últimos meses lo ponía nervioso, ansioso y hasta podría decir que triste y acongojado.

Ángel dice:

Estás molesta conmigo —aseguró, viendo el avatar de Edén, una mariposa envuelta en llamas.

Garden~ Heal the Scars dice:

No digas estupideces, solo tuve un mal día —leyó.

Ángel dice:

Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, linda —la animó, o trató ya que el color de la personalización de la ventana de charla había cambiado de un hermoso violeta claro a un gris oscuro, opaco.

Garden~ Heal the Scars dice:

No merece la pena hablarlo ahora y, ¿sabes? Estoy cansada, acabo de llegar del trabajo, son las siete de la mañana por si te habías dado cuenta, tengo sueño… Te cuidas.

Y sin más el estado de disponible de la chica cambió a desconectado.

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