Quienes me inspiran a seguir

lunes, 27 de agosto de 2012

[Notas de Papel] En Invierno Hace Frio


En este momento, las palabras son extrañas.
Es casi como si sobraran, pero no es del todo así.

La verdad es que te extraño...
Y te amo...
Y quiero gritarlo a todo pulmón...

Pero me duele la garganta porque ya he gritado demasiado.

La verdad es que...
Es frío y vacío estar aquí sin ti...

sábado, 18 de agosto de 2012

Notas de Papel III [Me Encanta]

Me encanta el olor del café.
Me encanta el sol.
Me encanta reír.
Me encanta tirarme en las fuentes.
Me encanta gritar.
Me encanta hacer el tonto.
Me encantan los rayos del sol que entran por las cortinas descorridas.
Me encanta ser feliz.
Me encanta sacar la lengua.
Me encanta fijarme en los pequeños detalles que nadie notaría.
Me encanta sacar fotografías.
Me encanta cantar-gritando cuando estoy sola en casa.
Me encanta el principio de la primavera.
Me encanta tirarme en el pasto en verano y notarlo calentito.
Me encanta quedarme mirando algo fijamente hasta que me escuezan los ojos.
Me encanta hablar y escuchar.
Me encanta escuchar música.
Me encanta cantar mientras miro por la ventana.
Me encantan las hojas de los árboles.
Me encanta cocinar.
Me encanta tocar las teles de plasma y que se hagan esas 'ondas de agua'.
Me encanta dormir. Dormir y soñar...
Me encanta la lluvia.
Me encantan los días de lluvia.
Me encantan las nubes.
Me encantan las películas de miedo.
Me encanta sonreír sin motivos.
Me encantan las habitaciones con mucha luz natural.
Me encantan los zombis.
Me encanta el fuego.
Me encanta el reflejo del sol y la luna en el agua.
Me encantan los bebés.
Me encantan los sábados en la noche.
Me encanta reírme de las cosas mas absurdas del mundo.
Me encanta quedarme mirando el sol unos segundos, luego cerrar los ojos y ver esos puntitos de colores.
Me encantan los gatos.
Me encanta contar historias de terror y que luego me digan que soy buena en eso.
Me encanta tener todas las cosas hechas en casa.
Me encantan mis amigos.
Me encanta que me digan cosas dulces... ¡Y me encanta decir cosas dulces!
Me encanta querer y sentirme querida.
Me encanta el amor.
Me encanta amarte.
Me encanta que esta lista me haga especial... O quizás igual a todos los demás.

¡Me encanta vivir!


Terminó de hacer el avioncito de papel con la hoja en la que acababa de escribir todo aquello, sonriendo. Miró el cielo que se teñía en anaranjado, rojo y púrpura y arrojó el avioncito por sobre el oleaje, que golpeaba contra las rocas del acantilado por el cual ella observaba el panorama, esperando mientras veía como el avioncito de papel se alejaba, que la lluvia ni el viento lo alejaran de su meta final. Después de todo... Ella quería que él supiera todo lo que sentía y esperaba haber sido un poquito más clara con esta nueva carta loca suya.

—Deberían meterme en un loquero —rió ella, observando como el avioncito se perdía sobre el oleaje, volando ayudado por la brisa marina. Tomó una gran bocanada de aire, hizo de amplificador con sus manos a los lados de su boca y, sin perder la sonrisa, gritó—. ¡Te amo!

Y luego se fue cantando y saltando, sin permitirse mirar atrás...

miércoles, 15 de agosto de 2012

Días de Lluvia

No sé si hoy ha sido un día bueno o un día malo, pero me gusta como va hasta ahora.

Salimos, reímos, saltamos, jugamos y nos mojamos bajo la lluvia (aún sabiendo que debimos salir más abrigados, pues el pronóstico del tiempo anunció un par de gotas para estos días). Ahora, en casa de un amigo -robando internet para hacer esta entrada- siento los dedos congelados, la nariz entumecida y ganas de toser mientras los escucho jugar Pokémon Black & White. Niños~

Pero aún pienso en ti....

Traté de sacarte de mis pensamientos en el transcurso del día, en serio que traté, pero fue realmente imposible. En cierta forma, todo me recordaba a ti. Las risas, los saltos, los juegos y la lluvia, todo tenía tu nombre. Quiero sacarte de mis pensamientos y centrarme en lo que debo hacer, pero es difícil, ¿sabes? Digo... Es como si ya no supiera qué hacer para concentrarme. Lloro en las noches porque tengo tantas cosas que decirte y no puedo, tengo tanto que gritar y no debo hacerlo, ya sabes la razón, el porqué.

Pero más que todo lo anterior es que... Tienes mi inspiración...

Estos últimos días no he podido escribir nada, absolutamente nada decente, ¿sabes? Por mucho que trato, no puedo, las palabras simplemente no me salen.

Esperaba que con la lluvia de hoy un poco de la inspiración que antes tenía se escapara de tus manos expertas y viniera en mi auxilio, en mi socorro, en mi ayuda, pero no fue así. Ahora simplemente estoy usando esta entrada como una pésima forma de tratar de explayarme de la manera correcta a ver, si acaso, lo lees y te apiadas un poco de mí.

Lo siento...

Los días de lluvia me ponen nostálgica en cierta forma, pero me gusta.

Me gusta recordarte cuando miro el cielo, cuando siento las gotas de lluvia limpiando las lágrimas de mi rostro, bañando mi alma como si así pudiese conseguir un poco de consuelo a falta de tus brazos.

Te has llevado mucho de mí... ¡Pero no me importa!

Sabes que puedes llevarte todo lo que quieras, pues no necesito nada si no estás conmigo. Incluso puedo decir que no quiero inspiración si no puedo dártela al no estar a tu lado, prefiero que la mantengas apresada a tu lado, que cuides de ella hasta que pueda regresar a ti.

Pero necesito la inspiración, así que no seas malo y devuélvemela, aunque sea un segundo...

Ha sucedido algo curioso ahora...

He descubierto que los días de lluvia... Me hacen pensar en ti...

Es hora de ir a casa. Ha parado un poco de llover y tengo deseos de meterme a la cama, taparme con las mantas hasta la cabeza y llorar... Aunque no es lo que haré, seguro. Tomaré mi tiempo, caminaré sin rumbo hasta que la lluvia vuelva a caer y pasearé más hasta agarrar una pulmonía. Luego llegaré a casa y me meteré a la cama -con ropa y zapatos empapados incluidos-, demasiado cansada para hacer nada más que dormir y despertar mañana en la mañana sin poder ponerme de pie.

Suena a buena idea...

Tal vez lo haga...

Pero creo que solamente lo haré porque los días de lluvia me hacen pensar en ti. Porque cuando la lluvia choca contra mis mejillas pienso, imagino que son tus manos secando mis mudas lágrimas.

"Y si sirve de algo, te amo...
Y lo que es peor, lo hago de verdad..."

miércoles, 8 de agosto de 2012

Antes de Mi



Hoy me he preguntado qué clase de persona era el anterior Autumn...

Soy un ser curioso, no puedo evitar que destile por mis poros y se haga presente, sin ser capaz de ocultarlo. Antes lo había pensado, me había detenido a meditar qué tipo de persona era la anterior estación del otoño pero Summer, con su sonrisa, desechó todos esos pensamientos cuando notó que, en cierta medida, me lastimaba a mí misma tratando de saber.

Las preguntas sin respuestas lastiman. Como es normal, esta nueva curiosidad me ha mostrado la yaga que quedó abierta bajo tantas capas de sal que, cuidadosamente coloqué sobre la herida como una forma de olvidar.

He ido, como es normal ante una curiosidad, a preguntarle a Summer. Él conoció al anterior Autumn, puede decirme lo que necesito saber y no puedo simplemente quedarme con la curiosidad. Decidida, me planto frente a la línea que separa nuestras estaciones, me cruzo de brazos y lo miro, esperando que me tome un poco de atención. Al cabo de unos minutos que me parecen horas, Summer me mira, arrojando una colorida flor a mis pies, sonriendo.

—¿Qué te trae por aquí, Autumn? —inquiere con voz suave, sus cabellos meciéndose a la brisa del atardecer, sus matices anaranjados y rojos haciéndolo brillar incluso más que el mismo sol.

—Quiero que me digas quién fue el anterior Autumn —digo sin rodeos, tratando de no mirarte demasiado a los ojos. Si lo hago, seguramente mi determinación se irá a piso.

—Tú eres Autumn, no hay nadie más que tú ni antes ni después —sonríes, quitándole importancia al asunto—. Spring me ha pedido que te entregue esa flor. Es un regalo de ella, te quiere mucho.

—Spring me odia y quiero mi respuesta, Summer —insisto, sin moverme ni un solo milímetro.

Por fin nuestras miradas se encuentran y siento que me tiemblan las piernas. ¿Cómo puedes lograr, con una sola mirada, que mi mundo se ponga de cabeza? ¿Qué me has hecho? ¿Qué clase de hechizo me has impuesto?

—No te lo diré jamás, porque en el fondo sé que te mentiré al tratar de decírtelo —susurra él, bajando la mirada a la flor que yace justo sobre nuestra línea divisoria—. Y entonces, no conforme con mi respuesta te irás corriendo a preguntar a Winter y él te dirá miles de cosas que nos pondrán en contra, cosas que te harán odiarme y pensar que te he mentido. Así que para ahorrarnos todo eso... Ve a preguntarle al invierno, que ese témpano de hielo no tendrá reparo en destrozarte permanentemente.

Sus palabras me dejan de una pieza por muchos minutos y, cuando he logrado reaccionar, me encuentro totalmente sola, de pie frente a la línea y con la oscuridad de mi noche otoñal sobre mi cabeza. Ahora siento que la persona que ha estado aquí antes de mí ha recibido un gran daño. Y Summer ha tomado ese daño como propio también.

A pesar de todo no me detendré en mi búsqueda de respuestas, pero seré imparcial en este recorrido.

Quiero saber quién estuvo antes de mi...

Notas de Papel II [Siobhan]

Todos sufrimos por...
...Cuestiones de Amor

Ese Ansiado amparo que nunca llega. Ese método de auto-defensa que te hace impenetrable. Aquella muralla parecida a la de Berlín que separa tu alma del cuerpo. Todas aquellas instancias se desvanecen...

Sí. Porque estando a su lado tú eres otra. Te transformas en alguien que jamás has visto antes. Y eso te causa miedo. Tanto miedo que escapas hacia un rincón en donde crees tener todo controlado y, ridículamente, solo das a conocer otra faceta tuya, pues ella despierta tantas emociones como maquillaje tienes sobre tu mesita de noche.

Corres despavorida ahora que piensas en tus sentimientos. A pesar de todos esos años llevando a cuesta tanta sabiduría, jamás has estado tan cerca de rozar la línea. Lamentablemente, ya no puedes escapar. Te has enamorado como una estúpida. Sin darte cuenta has cruzado el camino izquierdo y has llegado a un callejón sin salida.

No sabes qué hacer, pues nunca habías estado perdida. Toda planificación se fue por el caño y no hay más que aire. No puedes caminar, no puedes ver, no puedes sentir. Solo puedes centrarte en ella.

¡Loca! Te sientes mentalmente enferma e incapacitada, y esa locura aumenta con cada gesto.

Lo sabes. Ella no te corresponde de la manera que tú deseas. Sin embargo, te da pequeñas señales, detalles que nadie más tiene contigo y eso te deja perpleja. Inadvertidamente, te da permiso para entrar, poco a poco. Y no muy convencida, tú le sigues la corriente, babosa, inútil, descerebrada.

El juego sigue. Tú sabes que estás experimentando con ácido, un líquido que se funde y deja huellas para toda la vida. No te importa. Ahora solo quiere abarcar más, y más, mucho más. Todo se hace poco. Las miradas, las sonrisas, los roces inocentes. Aquello ya no es suficiente. Ya no te importa apostar más de lo que tienes. No te importa invertir en una empresa sin lucro. Ella ganó. Ella te dominó. Sin saberlo, estás a sus pies. Ella en cambio lo sabe bien, y te utiliza como le place.

Hay un tiempo en el que te sientes conforme. Crees que no necesitas más de ella. Tienes su atención y su compañía. Dudas en seguir apostando, pues has ganado más de lo que creías. Y terminas perdiendo el interés. Ella se da cuenta y sin prisas vuelve a enganchar la cuerda a tu cuello. Firme, dura, domable. Y de pronto, deja de hacerte caso y comienza a soltarte, como si fuese ella quien está abandonándote.

Es gracioso, su plan resulta. Como si fueras paja seca te vuelves a encender y te sientes renovada, estúpidamente enamorada. Yo lo llamaría capricho, pero quién sería capaz de dudar en tu palabra. Después de todo, juras por tu madre que está en los cielos que la amas.

Ahora ya no ves un callejón sin salida, sino miles de caminos que están a tu merced. Lo que no sabes es que todos son falsos, ilusiones pasajeras que te harán chocar de lleno con una sólida pared. Pero qué más da. En estos momentos eres ciega, sorda y muda. Tus sentidos solo vuelven cuando ella se acerca, cuando te deja probar un poco más de ella.

Sientes su aroma, escuchas su voz, pruebas sus labios... Y no te basta con eso, pues pruebas cada mínimo rincón de su cuerpo. Excitada lo tomas, lo disfrutas, te haces de ella. Exploras en rincones olvidados y dejas que penetre en tu ser mientras la tocas como si quisieras desgarrar un pedazo de su piel, a la altura de su corazón, para alojarte entre sus músculos para siempre. Hasta ahí todo bien.

Ella lo hizo consciente, premeditadamente planeado. Eres la pieza principal de su juego de ajedrez, de eso no cabe duda. Te sientes más especial, más ciega. Además de no ver, tienes una capa sobre tu cabeza. Más estúpida.

Sigues experimentando sensaciones. A máxima velocidad doblas en las curvas y aprietas con fuerza el pedal que te llevará a la muerte súbita. El tiempo vuela. Piensas una vez más que todo está satisfecho, pero así como el tiempo, las verdades salen a la luz. Las vendas se caen y la muda, la ciega y la sorda se recuperan.

Te preguntas sobre la injusticia del mundo, reflexionas sobre el amor y el sufrimiento, te deprimes. Pasa un lapsus en el que estás perdida. Has desaprovechado tantas oportunidades por alguien que no valía la pena. Al menos eso dices ahora.

Mientes y odias, tratas de parchar la herida con una gran cantidad de sal, admites tu derrota y te avergüenzas. Te sientes idiota por caer en el encanto del enamoramiento y te repites que jamás volverá a suceder. Te curas, andas con más cuidado y caminas por los caminos reales con extraña paranoia. Ya no eres la misma, has cambiado, hay más murallas, más bloques que destruir para conocerte. Sin embargo, no son indestructibles. Y vuelves a caer.

El amor es así, te repites, y la persona a tu lado hace mayores esfuerzos por conquistarte. Al final lo logra, pero ya no es la misma experiencia que la vez anterior. Todo se vuelve complejo pues lo comparas con el pasado. Entras en cavilaciones y sales de ellas afirmándote de cualquier cosa.

Vuelves a sentir la seguridad y el amor correspondido, lo que se convierte en rutina. Haces un nuevo esfuerzo por no caer, por no resbalar en el camino y otra vez sientes que estás equivocada. Cierras los ojos, te obligas a ser muda y ciega. Sin embargo, vuelves a fracasar y te sientes frustrada, así que sigues desvariando entre lugares que no conoces.

Al final, cuando te das cuenta que ya no hay más camino que recorrer, sabes y estás consciente que todo lo que pasó en el trayecto sirvió para algo, que nada fue en vano y que, al final de cuentas, la vida es así.

Vacía o no, has llegado hasta allí. Sana o enferma, has evolucionado y aunque cueste aceptarlo, has crecido. Te has vuelto una mujer con ideales propios, que ha aprendido a amar sin diferencia de género. Has llegado a ser lo que querías. Has llegado a ser la mejor mujer del mundo...

Pues eres tú.


Dobló las hojas sin mucho cuidado al terminar de escribir antes de dejarlas sobre la mesa, junto a la taza de café y el cenicero rebosante de colillas de cigarrillos que la habían acompañado mientras esperaba que regresara, que la buscara, que apareciera frente a ella aunque solo fuera para mirarla, sonreír y llamarla "idiota". Una falsa ilusión que jamás se cumpliría, sabía en el fondo de su corazón. Pero diablos, la amaba con tanta locura que se sentía estúpida al no estar a su lado, mirándola jugar en su laboratorio, vistiendo esa hermosa capa blanca que se le veía tan...

Dio la media vuelta, ató su cabello en un nudo y salió de la casona, esperando que ella fuera la primera en leer su mensaje y esperando, también, que pudiera ser capaz de perdonarla por tenerla tan abandonada sin ella merecerlo. Pero la amaba, y era por eso que debía mantenerse lo más lejos posible de ella aunque fuera de momento.

Notas de Papel I [Aimé]

Hoy te he recordado
Y he recordado que te quiero
O que alguna vez te quise...

Y en ese recuerdo nos queríamos
Escondidos en sonrisa torpe e inmóvil
Era un poco más que "querer"...


Hoy he recordado
Que tus besos saben como miel
Y he recordado también...

Que te quiero incluso más que ayer...

Quisiera poder decir,
fuera de toda broma o poesía,
que no te quiero...

Y así, si acaso,
poder olvidarte aunque sea un poco, mi amor.

¡Oh, por favor, no dejen que se vaya sin haberlo amado a plenitud!
¡No me lo quiten, pues él trae oxígeno a mi vida!

Porque lo es todo para mí.
Porque sin él no soy nada más que una simple guardiana...

¡Oh, queridísimo Jex!
¡Cuanto anhelo tu compañía!

Por favor, no me permitas caer...
Por favor, no me permitas ser débil...
Por favor, no me permitas sucumbir a la pesadilla que es extrañarte...


Ella se levantó del césped, sintiendo los músculos entumecidos luego de pasar tantas horas en la misma posición y sacudiéndose las hojas de enredadera que se habían enganchado a su cuerpo, creciendo sobre ella mientras había estado tendida allí.

Mirando las estrellas con lágrimas en los ojos, decidió que no quería rendirse, que quería mantenerse firme pero... La fotografía en su bolsillo junto al anillo en su dedo anular pesaban más incluso que el bloque de concreto más pesado del mundo.

Quiso irse sin mirar atrás, tener la entereza para continuar lo que hacía como siempre, incluso desde antes de conocerlo. Pero había un problema, y era que ahora lo conocía. Y ahora que había probado un poco de él, ya nada era suficiente. Quería más, y más, y mucho más. Quería hacerse adicta a ella un poco más y obligarlo a quedarse a su lado, más sabía que sus caprichos eran demasiado egoístas para ser tomados en cuenta.

Con un suspiro dejó la espesura del bosque, retomando su labor de guardiana jardinera...

martes, 7 de agosto de 2012

Llamado de atención...
...A un observador que no sabe escuchar


B, si estás leyendo, esto es para ti. Y si no lo estás leyendo, pero alguien más te lo dijo o incluso yo misma te lo digo, cuando encuentre la paz para hacerlo y encierre la rabia otra vez en su rincón oscuro, quiero que sepas que te lo advertí.

Te lo dije una vez, B, te advertí que no me obligaras a ser una hija de puta mala persona contigo. Porque maldición, sé que no soy perfecta. Sé que soy la persona con más defectos en el mundo, pero no creo que uno de mis defectos sea el no hablar de frente. Me he expresado con claridad, ¿no? Yo creo que fui, aparte de clara, bastante sincera, así que por favor ahórrate tus palabras hoy conmigo. Ahórrate la expresión de cachorro abandonado y ahórrate la saliva de tu victimización, porque no la quiero. Porque no la necesito.

Una vez yo te di tres consejos, también, pero veo que o bien no te importaron lo suficiente para recordarlos plenamente o bien los miraste y, como muchas cosas en tu vida, no les diste importancia. Y esos consejos, B, te los dije junto a la advertencia. Al tiempo que te advertía que no me obligaras a sacar lo peor de mí contigo, te estaba diciendo cosas realmente importantes. Pero ahora -no sé si esto es rabia o si, en cierta medida será cierto-, solo puedo ver que lo importante en realidad no te interesa y que aquello que no tiene ningún valor para ti puede llegar a ser incluso más brillante que el oro. No sé. No me importa saberlo, tampoco.

"Lo único necesario para que este mundo siga en el rumbo que está es que las personas buenas no hagan nada. Yo no soy buena, B, me considero todo lo contrario pues he lastimado y herido, y aunque ahora me arrepiento, no sé si lo hice en el momento oportuno. Se dice que nunca es tarde, pero a veces lo es. No esperes a que otros hagan algo bueno por el mundo, sé tú misma el ejemplo de ello y has aquello que salga de tu corazón..."

Ese fue el primer consejo que te di, y puedo decir que fue incluso más doloroso decirlo que hacerlo, porque es algo mío, algo que aprendí a la fuerza, algo íntimo y de gran valor, algo que me define y mucho más importante que todo lo anterior. Es algo que compartí contigo, poniendo mi confianza en juego y abriendo mi corazón casi con dolor. ¿Te importó? ¿Has aplicado algo de eso? Yo creo que no. Sigues encerrada en tu pequeña iron maiden, segura, dejando que otros se lastimen por ti sin que te importe verdaderamente. Dejando que yo aporree el acero sin piedad, lastimándome, pero siguiendo en la labor. ¡Y no te importan mis lágrimas, no! Al final de cuentas se supone que soy indestructible, ¿no? Por lo menos eso es lo que yo quiero creer, una mentira necesaria para que tú sigas teniendo un soporte y yo no me sienta patética, ¿cierto? Abre los ojos, B, no eres la única que sufre.

"Un corazón herido es súmamente peligroso. Jamás esperes hacer daño y que no te sea regresado, B, porque sería el error más estúpido que pudieras cometer. Observa, detente a pensar y luego abre la boca. Di algo coherente. A veces las disculpas no son todo, a veces un 'lo siento' no es suficiente. Antes de decir algo, medita tus palabras y observa, detente a analizar y date cuenta que tus palabras y tus acciones pueden lastimar a alguien de manera totalmente irreparable..."

Te lo dije, B. No me digas que no te lo advertí, también. Sabías que en el fondo, más que darte un consejo estaba tratando de protegerme y de ponerte sobre aviso. Te dije que un corazón herido es peligroso y te dije también que jamás jugaras con una llama que no pudieras ser capaz de controlar. Y otra vez me pregunto: ¿En verdad me escuchaste alguna vez? ¿En verdad prestaste atención a mis palabras o simplemente entraron por un oído y salieron por el otro? Sabes que mi corazón es fácil de destrozar, que no se lo doy a cualquier persona porque lo han dañado, lo han roto y he tenido que reponerme sola de ello. Yo no tuve lo que tú tienes, maldición, ¡deja de desperdiciarlo! ¡Deja de actuar como lo haces ahora! Abre los ojos, B, y date cuenta que me estás lastimando. Que nos lastimas a J y a mí con tu estúpida actitud de "prometo hacerlo algún día, lo siento". El "algún día" no sirve, B. No sirve.

"Si dejas que las emociones te dominen -y esto te lo dice alguien híper-emocional-, terminarás cavando tu propia tumba. Las emociones son hermosas, pero peligrosas cuando no sabes controlarlas y dejas que te consuman. Tienes que poner el límite, decir 'hasta aquí' y saber, aunque las frenes, que en el fondo son parte de ti. Tú dejas que lo malo te consuma, lo transformas en una parte de ti y esperas que alguien más venga a luchar en tu lugar, pero... No siempre habrá alguien para socorrerte, B. Tienes que aprender a pelear tus batallas sola. Tienes que aprender a caer y levantarte, aunque para eso debas engañarte y decir 'no duele'. Aunque debas mentirte una y mil veces..."

A veces nos tocará estar solos, y siempre será en los momentos más difíciles de nuestra vida. Yo puedo intentar protegerte, puedo intentar ayudarte a encontrar una respuesta, puedo intentar muchas cosas por ti, B, pero no estaré para siempre. Yo también tengo mis problemas, como todo el mundo. Tú sabes que tengo el síndrome de Superman, lo has visto de primera mano. Entonces me pregunto: Si tanto dices que te importo, si tanto dices que jamás me lastimarías, ¿porqué no tratas de ver, por sobre tu dolor, que yo cargo con el mío también? ¡Te he dicho que me cansé de ser el soporte! Necesito que alguien sea mi soporte ahora, pero parece no importarte lo más mínimo cuántas veces te lo diga. Yo tengo mi dolor, B, si no harás nada productivo por dejarme solucionar mis problemas, mejor cierra la boca y date la vuelta. No te necesito para vivir. La única persona que necesito para vivir es él y claro, a mí misma.

¡Pueden venir los golpes que sean necesarios, que yo no cederé! Pero B, te dije que yo cuido de los míos con garras y colmillos. No toques este fuego, te lo advertí, que si alimentas la llama ya no serás capaz de controlarla. No me lastimes, porque mi dolor él es capaz de percibirlo, de hacerlo suyo, al igual como me sucede a mí con él. No me alejes, no me obligues a ser así contigo, no me hagas hacerte daño. Sabes que yo puedo ser muy buena si me lo propongo, no apartes eso de mí, no asesines esa parte que está hecha para las personas que amo y atesoro en lo más hondo y brillante de mi alma.

No es una amenaza, B. Como te dije antes, es una advertencia. No lloraré una lágrima por ti, puesto que sabías podría tener esta reacción si te equivocabas conmigo. No me reproches ni me reclames luego, porque no podrás ablandar mi corazón. No digas que soy injusta, porque no lo soy. Si quieres ganarme de vuelta... Tendrás que obligarme a confiar en ti de nuevo. Sabes que me cansé de dar segundas y terceras oportunidades. Y yo no te he dado una ni dos, B, ya van muchas oportunidades que te estoy dando desde hace mucho tiempo.

Y una última cosa que decirte antes de irme, un nuevo consejo para ti:

Si no vas a decir nada coherente o importante, nada que valga la pena... Mejor guarda silencio.

Llamado de Atención II

Llamado de atención...
...A un complemento racional


Escribo en respuesta a aquel que soporta mis gritos silenciosos, cuando los adentros dejan de callar y yo siento que exploto. Lo sé. Sé que te saco de quicio todos los días, a pesar de estar sumido en mis cosas lo noto, tampoco soy tan inconsciente como crees ver.

Te falta conocerme. Te falta ver un poco más allá de lo que ves. Te falta abrirte al mundo de verdad. ¿Qué sería de nosotros si no tomáramos riesgos? ¿Qué sería de nuestra felicidad, si no la buscáramos de manera desesperada?

Sé, también, que tienes muchísimo miedo. Es por eso que yo me sacrifico, para que puedas sentirte seguro, para que veas que hay alguien que sufre un poco más que tú quizás solo por el placer de hacerlo. Si tú no quieres lanzarte no te obligaré, pero de alguna manera debes aprender... Y creo que eres de los que aprenden mirando.

Aprecio mucho en verdad el que te hayas tomado un minuto para comunicarte conmigo. Creo que con ese gesto tuyo, hermoso y sorprendente, le has dado el empuje que le faltaba a mi disparatada determinación.

Sé que me consideras irracional, pero para eso estoy, para ser así, para darle un poco de pimienta a nuestra vida.

Y como bien dijiste en el momento en que te comunicaste conmigo, soy tu complemento. Tú eres mi complemento. Y yo siempre he creído que los complementos son aquellos que se apoyan hasta el final.

Gracias por devolverme la luz. Gracias por recordarme quién soy. Gracias por soportarme.

¡Y ya verás que no me rendiré! Y también sé que me ayudas más de lo que deberías en mi búsqueda. Te agradezco el que lo hagas, pues no es tu obligación. Pero también sé, en el fondo, que tanta diversidad alrededor de ti te gusta, pues es una buena forma de mantener tu sentido híper-racional al límite todo el tiempo.

Cerebro, mente, parte pensante. Gracias por no dejarme cometer estupideces... Por lo menos gracias por intentar frenarme la mayoría de las veces, cuando me niego a escucharte. Y gracias por insistir conmigo, sé que soy un hueso duro de roer.

Espero que tengamos muchísimo más tiempo para comunicarnos dentro de este cuerpo.

Con cariño y siempre tratando de escucharte se despide, el corazón.

lunes, 6 de agosto de 2012

Llamado de Atención I

Llamado de atención...
...A un complemento silencioso


Escribo a un corazón que perdió su luz, que ha dejado su sentir varado a la orilla de un río sin corriente. Lo sé, te has esforzado mucho por entregar algo bueno en este largo trayecto. Sin embargo, no ha sido suficiente para triunfar.

Sé que te has rendido pues te he acompañado desde cerca, siempre confundido.

Últimamente te has fiado mucho de mi y has pasado a pertenecerme, como un alma que vaga en el recuerdo. Pero quiero decirte, necesito aclararte, que no has sido el único que ha sufrido.

Hemos trabajado unidos, y a la vez, hemos tomado vías distintas. Nuestras huellas en otros han sido claramente diferentes pero comprendo, lógicamente, el pesar que te mantiene arrastrando los pies en estos días sin sol.

Y aunque muchas veces creo que actúas de manera incorrecta y disparatada, no puedo ignorar que me acompañas. No puedo tapar aquella irracionalidad que te caracteriza, pues estoy seguro que eres necesario. No como mi apoyo, sino como mi complemento. Quizás sea al revés.

Es por todo esto que he querido comunicarme contigo, para que sientas que no te encuentras solo, que aquella vocecilla que a veces te llama la atención o te atosiga y te controla está velando por ti. Para protegerte.

Amigo mío, mi parte infaltable, no pierdas la esperanza. Sigue luchando y arremetiendo en aquella base plástica que te impongo. Sigue sintiendo más que ayer, y si puedes, siente con mayor intensidad cada momento. Yo estaré aquí cuando busques calma o una explicación tardía a esas decisiones que tomes por instinto.

¡No dejes que nadie te quite el sentido! Ni siquiera yo. Aguanta el peligro y arriésgate, porque el que no arriesga, no gana, tú lo sabes bien.

Habrá muchos días como el de hoy, en los que llorarás silenciosamente sin ser escuchado. Sin embargo, todo habrá cobrado valor una vez encontremos lo que andas buscando.

Corazón, esta será la única vez que me comunique contigo. Si decides dar la vuelta y dejar el camino en mis manos, lo aceptaré. Pero no me vengas con que no te lo advertí.

Sin más que decir, se despide tu parte pensante. El cerebro que comanda este cuerpo que nos mantiene trabajando como uno solo...
Todavía.