Quienes me inspiran a seguir

martes, 16 de julio de 2013

Implosión


Ella se ve a sí misma, reflejada en el espejo, pero no logra encontrarse. Ella se busca en sus pensamientos, en sus recuerdos, pero solo encuentra oscuridad donde los colores una vez vivieron. Ella está cansada, perdida y quiere darse por vencida. Ella quiere acabar con todo, pero sabe que aunque tiene el valor de hacerlo, jamás lo hará. Porque sin importar lo mucho que duela, porque sin importar lo destruida que se encuentre, sabe que no puede faltarle a quienes le rodean. Sabe que si simplemente desaparece, el daño que cause no podrá ser compensado incluso con el alivio de simplemente dejarse ir.

Ella está cansada de abrir los ojos, levantarse de la cama y fingir que el dolor no le pesa. Ella está cansada de decir que sin importar lo que suceda, la sonrisa no se desvanecerá de su rostro. Ella está cansada de poner la máscara en su lugar cada segundo, cada momento para que nadie se de cuenta del dolor que la consume. Ella está cansada de decir que puede cuando lo único que desea es gritar que quiere llorar, sin preocuparse de lo que los demás puedan pensar de su falta de valor y voluntad. Porque ya no sabe qué hacer, porque ya no sabe qué pensar. Porque ha perdido su norte y no se encuentra en condiciones de luchar para poder recuperarlo.

Ella se siente perdida, hundida. Ella toma lápiz y papel, sintiendo que se consume lentamente. Ella escribe, porque sabe que es la única forma de contenerse de hacer algo irracional. Ella rasga el papel y siente las lágrimas rodar por sus mejillas hasta manchar el blanco papel, emborronando la tinta.

Ella es una persona que perdona a quienes se enfadan con su persona, ella es una persona que tiene miedo de estar sola. Ella es una persona que actúa como si fuera fuerte todo el tiempo, cuando en realidad se está desmoronando por dentro. Ella es una persona que dice que sí a todo porque odia decepcionar a quienes ama, ella es una persona que trata de ser amable con todos aunque después no la valoren. Ella es una persona que trata de expresar cómo se siente, pero que tiene miedo de ser rechazada. Ella es una persona que se encariña rápido, que entrega su confianza incluso sabiendo que la romperán en mil pedazos.

Y ella no puede evitarlo, ya no puede luchar contra ese dolor tan poderoso que la posee. Ella ha perdido contra el dolor, ella se ha perdido en el dolor y no sabe qué hacer para salir de allí. Ella siente el vacío en su pecho extenderse por todo su cuerpo y sabe que se acerca al borde, sabe que está por implosionar.

Ella deja el lápiz a un lado y corre, sintiendo como el peso de la soledad la desborda. Ella abre cajones, ella se busca a sí misma en cualquier rincón, en cualquier objeto. Ella descubre sus brazos y los mira, sintiéndose morir. Ella toma un cuchillo y corta, esperando que por las heridas el dolor se vaya. Y ella grita, porque el dolor no desaparece.

Ella se deja caer al suelo, esconde el rostro entre las manos y llora amargamente, totalmente perdida. Ella está implosionando y no sabe cómo detenerlo. Ella quiere que ese dolor se detenga y ya no sabe qué más hacer para que pase. Ella se escuda en su caparazón, ella piensa en lo que debería hacer, ella se golpea la cabeza con las manos mientras la sangre corre por sus brazos. Ella no sabe que hacer. Ella se encuentra tan sola...

Nadie llega a rescatarla en lo que parecen años, en lo que le parecen milenios.

Ella se reconstruye, lentamente. Ella se levanta, vaciada, cansada, queriendo morir. Ella venda sus heridas y se arrodilla en el suelo, inconsciente de que continúa llorando. Ella limpia el estropicio, ella se arrastra por la casa de vuelta al papel con la tinta emborronada por culpa de las lágrimas. Ella quema el papel y se sienta, perdida, sin saber qué pensar, sin saber qué hacer.

Ella vuelve a llorar. Y vuelve a gritar.

Ella ha implosionado. Se ha perdido. Su sonrisa ha muerto y no sabe qué hacer para recuperarla y darle la cara a quienes ama.

Ella sabe que debe rearmarse, pero...

Está tan cansada...