Quienes me inspiran a seguir

miércoles, 1 de enero de 2014

Propósito

A veces, cuando cierro los ojos, pienso en cosas que a nadie más le interesan, cosas que no entiendo y que no sé cómo debo expresar para no sentirme como una tonta.

Muchas personas cercanas a mí hablaban de sus propósitos para este año. Yo... no tengo muchos, pero el no hablar de ello no significas que no los tenga. Tengo, son importantes, y personales. Y ahora, quizá porque es el primer día del año, quiero compartirlos con todos los que leen y con todos los que para mí son importantes. Quiero compartirlos con todas las personas que amo.

Para este año, quiero estudiar. No sé si lo conseguiré. A pesar de todo el esfuerzo que he puesto en ello, no tengo la confianza como para decir "lo hice bien, sé que lo conseguiré". Pero quiero hacerlo. Quiero estudiar la carrera que me gusta y vivir haciendo aquello que elegí para mi futuro. Hacerlo de corazón. Levantarme todas las mañanas y decir "el esfuerzo y el sacrificio valieron la pena, estoy feliz haciendo cada día lo que escogí". Pero no tengo la confianza para pensar de esa manera. Aún así, lo espero.

Quiero publicar mi novela. No me importa si es un completo fracaso. No importa si a nadie le gusta. No importa si en realidad no me hago "conocida". No espero ser famosa por publicar una novela, tampoco es la razón que me llevó a escribir de manera "profesional". Solo quiero publicarla, es mi sueño. Y todos queremos que nuestros sueños se haga realidad, incluso cuando hay tantas personas que quieren cortarnos las alas.

Quiero mantener a las personas que amo a mi lado. Y sé que suena como un propósito muy extraño, pero quiero hacerlo. Porque esas personas que llegan a nosotros, siempre lo hacen por algo, y es un error absoluto el dejarlas ir porque consideras que es lo mejor para la otra persona. Uno no puede saber qué es lo mejor para la otra persona, pero sí sabes lo que es mejor para ti. Sé que suena muy egoísta, pero alguien me enseñó que no es bueno hacer cosas que no queremos hacer, solo para que los demás se sientan felices. Porque entonces sacrificas tu felicidad y, al final de cuentas y como mencioné anteriormente, no sabes lo que puede ser mejor para la otra persona.

Y eso, no tengo más propósitos para este año. Por otro lado, sí tengo muchas experiencias nuevas que compartir, y espero ansiosa las aventuras que me deparan los siguientes y restantes 364 días a contar de hoy y en adelante.

Debo decir que el año pasado (suena tan lejano si lo digo de esa manera), fue un año muy... raro. Sí, creo que esa es la palabra correcta por el momento. Fue un año de muchos bajos y algunos altos, pero creo que si reminizo todo eso en este momento, siento que todo lo que sucedió en realidad valió la pena. Siento que si miro desde este momento hacia atrás, soy capaz de darme cuenta de todo lo que aprendí y absorbí.

No conocí a muchas personas el año pasado, la verdad, pero las pocas que conocí me hicieron bien. He aprendido de ellos y quiero que estos nuevos lazos se mantengan para el futuro. Que se afiancen y se hagan más y más fuertes a medida que el tiempo transcurre.

Las personas que conozco desde años anteriores, en su mayoría, se han mantenido a mi lado. Algunos se han marchado, y a pesar de que ha sido duro, ahora puedo ver que fue lo mejor. Hay veces en las cuales algunas personas solo transcurren por nuestros días, paseando sigilosamente o dejando torbellinos de emociones, solo para marcharse luego. No es malo, solo un tanto caótico y quizá, doloroso al final. Pero es bueno, porque son experiencias que nos ayudan a madurar.

Me reencontré con personas. Y han sido momentos maravillosos. Esas personas me han ayudado a verme mejor a mí misma, me han enseñado más y más cosas, y me han hecho muy feliz desde que están otra vez conmigo. Evocar los antiguos recuerdos, si bien es nostálgico y a veces muy triste, me ayuda a ver las cosas en perspectiva. Es como cambiar de ángulo. Como si mis pies ya no estuvieran anclados al suelo, sino más bien a una nube, y en este momento me encuentro colgando de cabeza mirando al suelo, sintiendo vértigo, pero disfrutando de la adrenalina del momento.

Si debo sacar una conclusión, puedo decir con una sonrisa que fue, a pesar de todo, un buen año aquel que dejo atrás. Un editor tuvo la confianza suficiente en mí como para detenerse a leer mi trabajo y decir "oye, esto funcionará". Tengo un trabajo que tal vez no sea el mejor del mundo, pero allí hay personas que he aprendido a querer y a reconocer más que como amigos, sino más bien como iguales. Afiancé los lazos con mi familia, cosa que me hace muy feliz. Tengo un hermanito menor al que amo y estoy como loca por tomarlo entre mis brazos por fin. Tengo muy buenos amigos que me quieren y me apoyan siempre que lo necesito, y con los cuales puedo sonreír sin sentirme culpable de nada. Siento que puedo ser yo misma a intervalos, y la depresión comienza a quedar atrás.

Creo que no puedo pedir, por lo menos hasta aquí, nada mejor que esto que describo. Pero sí, hay cosas mejores, hay personas mejores, hay momentos mejores.

Y ahora debo señalar que omití, al principio de este update, uno de mis propósitos de este año. Y no, no es leer más, ese ni siquiera debería contarse. Y no, tampoco es escribir más, ese tampoco se cuenta.

Mi propósito más importante es, por fin, ser feliz. Dejar de deprimirme y dejarme vencer por tonterías, dejar de esconderme debajo de la cama cuando tengo miedo de enfrentar lo desconocido, dejar de llorar escondida en la oscuridad cuando quiero hacerlo.

Este año no habrá más cortes para mí, ni más asquerosa regurgitación de comida (sí, que asco eso). Este año voy a vivir como no he vivido en mucho tiempo. Porque en este momento, me siento viva. Me siento fuerte, siento que puedo hacer cosas. Siento que puedo decirle a la vida que golpea como niña y no temblar ante la espera del siguiente golpe.

Será lo que tenga que ser (y sí, ¡por fin me entró en la cabeza, Leiv!).

No me siento segura, ni mucho menos, pero sé que si lo necesito, para mí existirá una mano y un abrazo incondicional. Ahora lo sé, ahora lo veo.

Quizá ahora todo cambie en este Blog, o quizá todo siga siendo igual que siempre. No lo sé, no puedo asegurar nada. Los propósitos no son cosas seguras en la vida, sino que son solo pretenciones y metas que queremos alcanzar, cosas que imaginamos como si no hubiera un mañana. Porque como bien dice mi amigo Pablo: "el pasado ya fue, el mañana todavía no llega". Y bueno, hay que disfrutar el momento. Y si hoy no alcanzas tus metas, aún puedes intentarlo luego, a tu propio ritmo, marcando tu propio paso y escuchando la propia música de tu corazón.

Solo espero que todo marche bien de ahora en adelante, lo espero de corazón. Y no solo para mí, sino también para las personas a quienes he decidido darles un gran e importante espacio en mi corazón. Porque no tengo miedo de ser lastimada ahora, porque no tengo miedo de fracasar. Porque siempre habrá un mañana para poder intentarlo. Y pueden llamarme optimista, ilusa incluso, pero es lo que pienso y siento ahora. Y pensar y sentir de esta manera es... no sé, ¿genial? No encuentro una palabra mejor que esa.

Espero que este año esté lleno de bendiciones para todas las personas que me siguen y que me leen. Espero que todas sus metas se cumplan, que logren cumplirlas. Espero que aquellos que comenzaron sintiéndose solitarios ya no se sientan más y que aquellos que comenzaron sintiéndose nostálgicos encuentren una razón para sonreír y continuar. Porque siempre se pueden encontrar razones y propósitos, solo tenemos que estar atentos a lo que miramos. Solo debemos saber dónde buscar.

Gracias a todos por estar siempre leyendo, atentos a todas las tonterías que escribo. Y lamento el no publicar tanto el año pasado como hice los años anteriores, espero poder cambiar eso si es que tengo tiempo este año. No es que sea una persona ocupada, pero a veces se me pasa porque simplemente no sé cómo decir lo que tengo que decir. Ya saben, dilemas de escritores.

Feliz año a todos, los amo y aprecio con toda mi alma el que se tomen unos minutos para leer aquí. Espero haber ayudado a alguien con las cosas que escribo, porque salen desde mi corazón, y en serio lo hago porque es mi pasión y para demostrar y mostrar que nadie nunca está solo. Siempre, en cualquier lugar del mundo, habrá alguien que te entienda, incluso cuando no puedas ver o no conozcas a esa persona.

Solo estamos solos si decidimos estarlo.