Quienes me inspiran a seguir

lunes, 19 de diciembre de 2011

La Danza de Hyde


Se plantó en el escenario como siempre lo hacía, con garbo y orgullo, con la barbilla en alto y aquella mirada de superioridad que siempre mostraba cuando de cantar se trataba. El cigarrillo reposando en sus delgados y pálidos dedos hizo la trayectoria hacia sus labios cuando los aplausos previos se alzaron como mariposas en el ambiente viciado. La música comenzó, ella tomó el micrófono en su mano izquierda y sonrió, mirando esos ojos que desde la lejanía se clavaban en su persona. Esa canción iba para él y se lo había dejado claro en aquel mensaje de texto.

No fue al nacer la lucha entre sus egos,
los dos opuestos por un mismo ser,
tan adorable pero tan perverso
que nadie sabe quién es ahora él.

Esos ojos parecían burlarse de ella como diciendo "¿Qué? ¿Ese es tu mejor esfuerzo para hacerme sentir mal?", por lo que ella impregnó su voz de toda la bronca que le era posible, pero sin perder en ningún momento aquel matiz de dulce femme fatale que poseía desde... Desde siempre.

Una mirada siempre pasajera,
un pasajero por el bien y el mal
y sus mentiras siempre mis verdades
y es mi verdad con la que mentirá.

Anda Hyde, ven, intenta hacerme caer, intenta hacerme dudar de estas palabras, pensó ella, sin dejar de perder el hilo de su canto mientras los instrumentos parecían estar a punto de cobrar vida propia de tanta intensidad y tantas emociones eran capaces de dejar en el ambiente. Los espectadores saltaban y se movían extasiados, embelesados por su voz y su fina silueta femenina moviéndose a través del escenario.

Libera su pasión,
se oculta el corazón,
tus manos sobre mí
no las quiero nunca más.
Espera en su rincón
caricias que ahora son,
espinas en mi piel
alimentan tu dolor.

Y allí estaba la expresión que ella había estado buscando desde hacía meses, desde que él había comenzado aquel absurdo juego en el que rompía su corazón en un golpe traicionero y ella, como la mujer tonta que era, se preocupaba con esmero en volver a dejarlo como antes, con los mismos encantos sumisos para que él volviera, le diera un par de caricias en el cabello rojo como fuego y tomara su corazón, besándolo casi como se besa a un amante antes de volver a arrojarlo contra el pavimento. Por eso el corazón que le estaba entregando no era de cristal, sino más bien del más frio y duro acero.

Fue la pasión destruyendo al más cuerdo,
sonrisa, llanto, fue la decepción,
soy la serpiente que has domesticado,
y en el silencio atacare a traición.

Él la había transformado en lo que ahora era, y ella pensaba que más le valía ni quejarse. Hyde, como había comenzado a llamar a aquel amante casual que le brindaba palabras de amor antes de romperla en mil pedazos era un tipo bueno y agradable cuando una olvidaba que era de romperte en mil pedazos y aún así lograr llevarte a su cama en el más cruel de los engaños. Pero ahora tú eres el engañado, el traicionado, el herido, Hyde. Me enseñaste tu danza, ahora te aguantas.

Libera su pasión,
se oculta el corazón,
tus manos sobre mí
no las quiero nunca más.
Espera en su rincón
caricias que ahora son,
espinas en mi piel
alimentan tu dolor.

Las decisiones ya estaban más que tomadas. Él, con su rostro altivo, estaba orgulloso de lo que había creado, de la mujer en la que había transformado a esa niña. Incluso su voz se escuchaba diferente al cantar y por eso ahora que la escuchaba como un espectador más, por eso ahora que la observaba y notaba que no era el único que seguía sus sensuales movimientos... Se había dado cuenta que no podía dejarla marchar, pues sería el peor error de su vida. Pero ella en ese momento se veía tan inalcanzable, tan intocable, llenando con su voz ardiente como sus caricias aquel espacio sofocante. Y ella parecía saber lo que él pensaba, pues sonreía al cantar con una satisfacción que era por demás alarmante.

Si fueras él, perderías la razón
si fueras él, mi amor.
En su triste oscuridad
buscas su calor.
De su otra mitad
¡De su otra mitad!

Por alguna razón ella podía sentir a su endurecido y congelado corazón, aquel que estaba casi muerto, latir con una cadencia que hacía muchísimo tiempo no sentía, una cadencia que la llenaba de paz, calma y satisfacción. Aquel mirar desde la lejanía, aquella expresión de dolor que se camuflaba de manera torpe en las expresiones de éxtasis total... Debería sentirse como una ganadora, pero la cadencia de su corazón perdió la estabilidad y terminó, como muchas otras veces, rota.

Libera su pasión,
se oculta el corazón,
tus manos sobre mí
no las quiero nunca más.
Espera en su rincón
caricias que ahora son,
espinas en mi piel
alimentan tu dolor.

Cuando su voz se apagó y la música dejó de sonar, ella bajó del escenario como alma que lleva el diablo al tiempo que se llevaba un cigarrillo a los labios de manera airada y torpe. En su loca carrera por alejarse y obtener de paso un poco de aire fresco, no notó que era observada de cerca. De demasiado cerca.

Nada más salir del bar, la retuvieron del brazo y ella, inocente como solía ser, volteó a ver con una expresión entre indignada y asustada. Hyde estaba allí y de pronto su corazón congelado y casi muerto saltó de su pecho en una explosión de emociones ardientes.

—Linda canción —dijo él, con una sonrisa torcida en los labios, sin dignarse a soltar el agarre de su delgado brazo.

—No esperaba que te gustara —contestó ella, poniendo su mejor cara de pócker pero sin poder evitar que sus mejillas se sonrojaran de forma violenta aún ante el frio de la noche.

—Ven aquí, Bri...

Y Bri no pudo evitar que él la asiera entre sus brazos con fuerza posesiva en sus movimientos, estampandola entre su cuerpo y la pared de la entrada del bar, acercando sus labios peligrosamente a los de ella. Tampoco pudo evitar que aquel beso demandante y fogoso llenara cada fibra de su ser en espasmos de dolor agónico al que estaba tan acostumbrada y, a la vez, que la llenaba de un sentimiento de amor profundo.

Hyde y su danza. Hyde y sus besos. Hyde y su posesión.

Siempre encontraba la manera de hacerla caer.

1 comentario:

  1. Wow. Realmente es muy tarde para comentar, pero tengo que hacerlo ... Fue muy lindo (:

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