Quienes me inspiran a seguir

domingo, 24 de abril de 2011

¿Que tal si...?





Me pregunto que pasaría si dejara de escribir, de plasmar mis sentimientos en páginas infinitas e interminables, dejando de lado las tintas de colores y los papeles amarillentos, desgarrados de tanto uso, olvidando las esquinas dobladas, olvidando que esto es (según mi corazón) para lo que nací...

Me pregunto que pasaría si dejara de derramar estas lágrimas mías, dejando que mis sentimientos dejaran de desbordarse, tratando de que todo fuera monocromo y no una vida cual arco iris deslumbrante o tormenta devastadora, dejar simplemente que mis sentimientos se resguardaran en aquel cajón bajo siete llaves arrojadas al Mapocho.

Me pregunto que pasaría si dejase de cantar, enmudeciendo para siempre, olvidando que es una de las cosas que me libera y parte de mi pasión contenida por las palabras escritas escapan de mi boca, olvidándome que el mundo existe más allá de estos labios marchitos y que no son capaces de dar más que versos cantados de amor decadente.

Me pregunto que pasaría si dejase de leer, adentrándome en esas páginas interminables de libros que repletan cada metro cuadrado de pared de mi habitación, dejando de lado esos versos, estrofas, rimas y demases para volverme un simple mortal sin imaginación, sin que las hojas sean volteadas por mis manos trémulas.

Me pregunto que pasaría si dejara de fotografiar, plasmando en imágenes estáticas y mudas aquellos sentimientos que con palabras no puedo expresar pues me es casi imposible hacerlo en aquellos estados de psicótica debilidad.

Una palabra, un gesto o un soneto, lo que sea le viene bien a esta pobre alma que lucha contra su tormenta de confusión, contra este caos que me llena y me deshace, que me hace nacer bruscamente y morir en calma, como agua, como brisa, como mar...

¿Que tal si dejase de ser un artista?

1 comentario:

  1. La frase "¿Que tal si...?" me recuerda a la canción de Emilie Autumn "What If?", ¿coincidencia? Quizás.
    Uno siempre va a luchar contra los retos de la vida, pero jamás debe bajar los brazos y eso es una regla obligatoria de vida. Lo mismo lo de dejar de ser artista.
    Hay que seguir adelante, Victoria.

    No agregaré más, tú ya me conoces.

    Saluda atte.
    Tu escritor favorito.

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