Quienes me inspiran a seguir

viernes, 29 de abril de 2011

Cantarle al aire desde lugares lejanos

Una lechuza me dijo que en el bar que cruza la calle ibas a estar tú, por lo que me levanté de la cama de un salto, antes de eso fumaba un cigarrillo y me acariciaba la panza. Me calcé las botas, esas con remaches que tanto te gustan. También me puse los aretes largos y púrpuras, esos que te dije había hecho hace mucho tiempo. Antes de salir revisé que el paquete de cigarrillos estuviera en su lugar, dentro del bolsillo de mi chaqueta de cuero junto al encendedor y las llaves. Caminé pausadamente con un nudo en la garganta, tan grande como lo diminuto de mi pasita. Extraña comparación.

Entré en el bar, estaba viciado el ambiente gracias a la bohemia, una tranquilidad colectiva mitad culpa del humo de cigarrillo mitad culpa de los acordes que llenaban el lugar. Me senté en una de las primeras mesas y pedí un jugo de naranja, raro en mí cuando el lugar y mi estado de ánimo pedían algo con alcohol urgentemente. Alguien dijo algo de noche de karaoke y sonreí, era tal vez mi noche de suerte. Con algo de éxito podría pisar el escenario y mostrarles a todos mi voz, de la que me enorgullezco tanto. Encendí un cigarrillo mientras miraba mi vaso y escuché que las personas aplaudían al primer arriesgado de la noche. Alcé la vista y te vi. Vestías una camiseta verde, una camisa negra abierta para dejar ver la camiseta y unos jeans azules. Ni me fijé en tus zapatos, mi mirada viajó a tu rostro, recordándolo, sabiendo, pensando que aunque pasara un año sin verte podría dibujarte a la perfección.


Un sueño dentro de la vivienda
Solos venimos y solos nos vamos
¿Y quien soy yo para saber lo que siento?
¿La simpatía que aparte me desgarra?
¿Atracción de la distancia al corazón de afinidad?



Tu voz sonó desgarradora para mi más que para todos los demás. Tu mirada se encontró con la mía durante una fracción de segundo y temblé, temblé como gelatina así como lo hago ahora mientras plasmo lo que pasó. Recordé que esa parte de la canción era cantada por una mujer y que más de una vez soñé en cantarla a tu lado, tú en el piano o en la guitarra, yo dejando que mi voz llegara hasta ti a pesar de todo.


¿Y si el amor te deja en el corazón una llaga abierta?
¿Y no puedo revelar lo que aún no sé?
El amor que sientes lo desperdicias lejos de mi
¿Que clase de amor te deja sangrar a distancia?
Ninguna clase de amor te deja sangrar a distancia



¡Oh! ¡Que desgarrador fue escuchar eso! Miré a la izquierda y una muchacha-mujer te observaba, le brillaban los ojos. Sentí celos, celos de que tú la miraras a ella más que a mi, celos de que los acordes fueran para mi un adiós y para ella un bienvenida a mi corazón. Me llevé el vaso a los labios y sentí agrio el jugo de naranja, así que lo dejé a un lado y pedí una pepsi. Sonreí cuando recordé las comparaciones con la pepsi y tu belleza que, para mi, es devastadora.


Si solo pudieses ser
Con una mirada hacia adentro
Me siento tan incompleto
Estoy sufriendo en silencio
Y nadie quiere ver...
Y solo Dios esta viendo como sangro
Por encima de una estrella
Mi pieza se ponga en venta



Y eso fue lo que más dolió hasta el momento. Perderme en tu figura, tus manos sujetando el micrófono con fuerza, tus labios finos moviéndose lentamente para mi o para ella, un desgarro en mi corazón marchito, la pasita volviendo a latir de manera frenética, con miedo a todo y nada a la vez. "Nunca te perdí... No puedo perder algo que no tuve", pensé mientras encendía otro cigarrillo, el anterior se me había caído al suelo, así que lo pisé con saña.


¿Y si el amor te deja en el corazón una llaga abierta?
¿Y no puedo revelar lo que aún no sé?
El amor que sientes lo desperdicias lejos de mi
¿Que clase de amor te deja sangrar a distancia?
Ninguna clase de amor te deja sangrar a distancia



Sí... Notabas mi mueca de enfado, rabia contenida hacia mí misma ante tu canto y eso te encantaba. Eres malo, eres desquiciado, eres malévolo y lo sé, tal vez por eso te amo como te amo o te quiero como te quiero... O siento lo que siento por ti en este maldito milisegundo. Me ahogué en el trago, la espuma de la bebida me hizo rejoder la garganta, me escocía y me picaron los ojos. Notaste que iba a comenzar a toser, estabas jugando conmigo y yo te estaba dejando.


Sentir - Es todo lo que tienes que hacer
Y es que sanará
Siente el dolor para llevar a casa la paz de la mente
Moran dentro



Me levanté hecha una furia, dispuesta a demostrarte que no eres el único que puede jugar ese juego. Yo también puedo, cariño, así que para demostrártelo caminé con toda decisión hasta el tipo que esperaba que alguien se apuntara, solo iba una persona antes que yo así que, con una sonrisa fugaz y un coqueto movimiento de cabello le pedí ir antes que una persona... Su nombre comenzaba con C o con X, no recuerdo y no lo quiero recordar.


Sentir - Es todo lo que tienes que hacer
Y es que sanará
Siente el dolor para llevar a casa la paz de la mente
Moran dentro



Terminaste de cantar y bajaste del escenario envuelto en aplausos. Mi orgullo, mi casi nulo orgullo esta vez se hizo presente y yo no me digné siquiera a mirarte, solo sonreí mientras anunciaban la siguiente canción, que era mi señal para entrar. Le di una profunda calada al cigarrillo antes de tomar el micrófono con rudeza, con esa seguridad mía que sé te gusta, porque yo no miento y sabes que cuando quiero hacer las cosas bien me salen bien. Una vez fui tonta, una niña, una pendeja... Eso quedó atrás, ya te dije una vez que yo mis batallas las peleo y las gano de otra manera, soy decidida cuando quiero serlo.

Te vi sentarte en la mesa en la que yo había estado, la misma silla inclinada hacia la derecha, hacia esa muchacha-mujer a la que mirabas y de la que sentí celos, sabiendo que no tengo nada que celarle más ella a mi sí. La música comenzó a sonar y tomé un profundo suspiro antes de sentirme yo, sentirme bien conmigo misma pues iba a hacer algo que me encantaba y porque sabia mi voz era capaz de hechizarte si así yo lo quería y lo requería.


Hey cielo ven...
Continúa sujetándome
Y yo te mantendré despierto esta noche



Las primeras notas salieron con tanta dificultad y es que habías decidido no mirarme justo cuando mis labios se habían separado para soltar la primera palabra, la palabra que era la que debía invitarte y hechizarte. No me rendí, tomé aire y dejé caer la colilla al suelo de madera de la pequeña tarima que hacía de escenario. Cerré los ojos y continúe, dejándome llevar por los sentimientos que ponía en esa canción.


La palabra de cuatro letras sigue clavada en mi cabeza
La palabra más sucia que he dicho
Me hace sentir bien



Y abrí los ojos, notando una expresión de asombro en tu rostro. Tu mirada fija en la mía, así, como si solo existiéramos los dos en un campo de lirios, lavandas o lo que fuera. Sí... lo estaba consiguiendo y me estaba gustando demasiado comportarme como tú. Sentirse bien es adictivo, cariño...


Por si sirve de algo,te amo
Y lo que es peor es que lo hago de verdad
Oh lo que es peor voy a correr
Hasta que la dulzura te alcance
Y lo que es peor, te amo!



Recordé con esas lineas las noches en las que las sábanas de tú cama (o tal fue de la mía, no recuerdo bien) nos cobijaron hasta el amanecer. Que disfrute, que gozo fue aquel hasta que te dije que te amaba. No sé si reaccionaste de buena o mala manera, tal vez fue la borrachera, la cosa es que me excusé con la sobriedad de un mendigo y las palabras de un filósofo, como la cantante que soy.


Hey porfavor cielo,vuelve
No habrá más ataques amorosos
Y lo conservaré fresco esta noche.
la palabra de cuatro letras está fuera de mi cabeza
vamos,vuelve a mi cama
continua haciendome sentir bien.



Con tu expresión supe habías recordado lo mismo que yo, cuando en la cama te dije con mi voz de cantante, suave y aterciopelada que volvieras junto a mi, que lo pasáramos bien otro rato, que nadie nos ponía prisa. Tú te negaste un par de veces, no muy convencido pero luego me soltaste de esa típica frase tuya "Solo lo hago por ti". No sabes como me derrite esa frase... En serio no lo sabes...


Por si sirve de algo me gustas
Y lo que es peor,de verdad
Las cosas han ido peor
y nos hemos divertido
hasta que te dije te quiero
y lo que es peor es que lo hago de verdad!



Dejé que mi esencia como gotas de lluvia saliera de mí, como si yo misma fuese una nube. Hoy había sido un día especialmente efusivo, tranquilo, hasta este anochecer donde todos mis sentimientos comenzaron a desbordarse. Cuando la lechuza me anunció que estarías en el bar que cruza la calle donde vivo, a solo unos pasos de mí y no tan lejos como el viento pasa susurrándome al oído.


Por si sirve de algo,te amo
Y lo que es peor es que lo hago de verdad



Y bajé del escenario mientras la música sonaba todavía, dejando la última parte inconclusa pues había perdido contra tu terquedad... Otra vez. Me senté junto a ti, impidiendo que vieras a la muchacha-mujer que estaba a la derecha y que, al parecer me miraba con mueca de fastidio, podía sentir su mirar taladrándome la espalda y tuve el impulso de levantar el dedo medio hacia atrás. Me reí de mi misma, eso había sido divertido.

-Hey -te dije y tú me miraste, asombrado, casi festivo.

-Hey -contestaste y yo tomé tu mano, depositando un beso en ella.

-¿Vienes? -susurré y me levanté de mi asiento sin mirar atrás pero sabiendo, estando segura que tus pasos me seguían hasta la puerta de mi casa, que había quedado abierta.

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