Quienes me inspiran a seguir

viernes, 15 de abril de 2011

¿Puedes verme?





Muchas veces he dicho esas dos palabras, muchas veces quise recibir una afirmación más allá de un asentimiento de cabeza que ahogaba un grito de terror. Muchas veces mi alma se desgarró ante aquellos sentimientos tan bellos, tan hermosos, tan humanos y tan inalcanzables para mi. Porque sí, esta alma desgarrada que soy yo no es merecedora de esos sentimientos, porque esta alma mía solo puede observar en los humanos lo que pudo ser y no fue.

A veces, la mayoría de las veces me daba tristeza, rabia, impotencia de pertenecer a la raza humana. ¿Porqué? Sencillo... Los humanos somos tan increíblemente estúpidos que no podemos distinguir aquellos puros sentimientos. Siempre tratando de comprender algo que no puede ser comprendido, siempre tratando de ver aquello que de por sí se ve. Tan ciegos, tan estúpidos, tan maravillosamente humanos.

Y otra vez planteo la pregunta...

¿Puedes verme?

Y entonces noto ante esa frase que lleva la brisa de la madrugada que tú sonríes, posando una mirada suave y tierna sobre mi cuerpo magullado, transparente para ti, para el mundo, mostrándome tal cual soy. Asientes, corroborando que puedes escucharme, que puedes verme... Que sabes que estoy allí.

Una lágrima invisible recorre mi mejilla y tu mano se posa sobre esa mejilla mía pálida pero sonrojada, una expresión arrebolada que puedo mostrarte solo a ti. Sonrío ahogada en estas emociones. Puedes verme, puedes tocarme, me alcanzaste. Eres la primera persona que ha alcanzado mi alma, que ha arrastrado mi corazón inexistente hacia sus brazos para hacerlo latir. Y yo, como ida, como boba, como soy ante ti, sumisa me dejo arrastrar, sintiendo la brisa de la madrugada llevada por el mar.

Entonces pienso que nuestras reuniones siempre son en la madrugada, siempre pasando de la oscuridad de la noche a una amanecer agobiantemente placentero, como si cada mañana volviéramos a nacer. Tú me vez así de nítida como ves cada cosa que rodea tu mundo y yo te veo tan irreal como el sueño que no quiero que acabe, un sueño que se sueña despierto, un sueño que comienza sin cerrar los ojos.

-Puedo verte -escucho que dices, tu aroma rodeándome cuando tus brazos me llevan a ti.

Sí, puedes verme y ese abrazo, esa caricia, ese beso me demuestra que eres real y que, en cierto sentido yo también lo soy. Y me dejo hundir en esa laguna de sensaciones que me presentas, en ese mar de sentimientos que me agobia, que me llena plenamente con un deseo desesperado de más, más de ti, más de mi, más de nosotros, más de este amor.

Puedes verme... Y eso es todo lo que necesito para saber que puedo ser feliz junto a ti.



Lizzy

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