Quienes me inspiran a seguir

martes, 3 de mayo de 2011

Se nos escapa el amor...




Por entre los dedos se nos escapa el amor. Así mismo, como brisa de otoño, como lluvia de verano, como arena seca... Como se deshojan las flores en el invierno. Siento que se nos escapa por los poros poco a poco sin siquiera conocerte, sin siquiera poder tenerte frente a mi, sin siquiera poder tomar tus manos entre las mías para poder tirar de ellas delicadamente y decirte "Vamos", comenzando a correr por las nubes.

Tengo todas tus cartas sobre mi regazo junto a tu número de teléfono escrito en una boleta de supermercado. Mi mirada se fija en esos números interminables, uno tras otro tratando de memorizarlos, sabiendo que mi memoria no es tan buena para estas cosas. Me gustaría que vieras mis ojos y que no solo los imaginaras por culpa de la vieja fotografía que te hicieron llegar. Me gustaría que vieras mis mejillas sonrojadas cuando en tus cartas leo escritas las palabras "Te Amo" junto a una tímida sonrisa que apenas puedo borrar.

Canto interminablemente estas letras prestadas soñando con que un día puedas escuchar mi voz que te devuelve los "Te Extraño" cuando pasan días y días y no haz recibido carta mía, cuando pasan las horas mirando el número sin ser capaz de marcar para escuchar tu voz, esa que tanto anhelo me diga "Hola". No es nada, es una estupidez... Una estupidez que no puedo evitar sentir en el fondo de esta alma que soy yo.

Se me escapa el amor cuando pienso en el ayer, en el hoy y en el mañana, cuando en interminables minutos, segundos y suspiros, entre lágrimas de felicidad abrumadora susurro que te quiero, que te amo y que te extraño, esperando que la brisa que choca contra mi rostro en este momento lleve estas palabras a ti, palabras tan ciertas pero que están llenas de temor.

Y no puedo evitar que se me escape el amor de esta manera, que sabes es la única manera en la que sé amar. Mi pluma escribe tu nombre en las esquinas de las servilletas cuando sin ganas mastico lo que contiene el plato que dejan frente a mi, cuando con miedo poso mi mirada en la doctora que va y viene, examinándome con ojo clínico mientras yo hago muecas desagradables.

Este amor desesperado me llevó a pabellón para una operación de la cual no sé si saldré. Este amor que tengo tan guardado al fondo de mi pecho me lo trata de arrebatar el especialista que sentado en la silla frente a mi se jacta de mis escritos, de mis poemas, de mis versos y canciones, tratando de arrancarlas de mi ser con su bisturí y sus palabras afiladas mientras con una sonrisa socarrona me dice "Es necesario" y yo le grito que no, que lo deje todo como está, que estoy bien así tal cual...

Se te escapa el amor, pensando en la lejanía si estoy bien, si habré salido de la consulta, si habré entrado a pabellón o si estaré danzando flamenco en alguna calle desolada esperando que mi baile te llegue, soñando con algún día poder verlo. Te preguntas si habré desplegado mis alas, maleta en mano, volando hasta tu puerta, tocando el timbre de la misma para que cuando la abras te llenes de mi figura tosca que es como un poema. Sueñas mirando las estrellas, viendo que sentada estoy en el escritorio escribiéndote un nuevo verso.

Estoy sola, con el sol, con el mar, con el aroma a clínica rodeándome, con las hojas en la maleta, con una bata de hospital esperando entrar a pabellón para que me quiten el mal o el bien que arrulla mi alma. Cierro los ojos y recuerdo el número a la perfección, casi como la letra de una canción mientras me imagino entre las azaleas, tomando la luz de la luna mientras las flores florecen y se deshojan otra vez.

Se nos escapa el amor de esta manera tan tragicómica, mientras el autor de la misma se ríe de mi desgracia. ¿Que sabe ese autor de lo que es el amor? El amor no son cuentos de hadas, son realidad entre sombra y alma, entre las paredes con tu retrato y el mio en ellas, como mural en la calle, como el aire que se respira. El amor es desilusión y esperanza, comienzos y finales. El amor es eso que te hace entrar a pabellón.

Nos arrebatan el amor en pabellones distintos, lejanos, en ausencia mientras duele. Y duele porque amas y amas porque duele, porque es masoquista pensar en un mundo sin el otro a pesar de jamás haber intercambiado palabras de otra forma que no fuera el papel. Entonces el especialista grita que dejemos escapar el amor, que soltemos la mano invisible del otro y que caminemos solos por el camino que se nos traza a cada quien. Un alma dañada, los pasos resonando en el suelo mojado...

Siento como me abren el cuerpo y el espíritu, como destazan mi carne para hacerla sanar, como abierta al mundo están mis entrañas y emociones. Sangro, sangro mucho, sangro fuerte, sangro sin parar porque nadie quiere que deje de sangrar. "No vuelvas a amar...", eso es lo que escucho de las personas que me rodean, de las enfermeras, de los especialistas que se supone me deben sanar. No me quieren sanar de mi, ni de ti, ni de nosotros... Me quieren sanar de un mal inexistente.

¡No dejemos que se nos escape el amor! ¡No permitamos que esos mudos "Te Amo" queden en el olvido! ¡No olvidemos la sonrisa taciturna del otro!

Siento que muero, siento que me ahogo, siento que me canso, siento todo y nada. ¿Quisieras que muera? ¿Quiero morir? ¿Quiero ahogarme?

¡Si! ¡Quiero morir solo si es en tus brazos! ¡Quiero ahogarme en empachos de amor! Si existe un descanso eterno espero que sea arrullada en tus alas.

Tú no eres príncipe azul, yo no soy princesa rosa...

Se me escapa el amor como las gotas resbalan por la piel en una tarde lluviosa de invierno. Se me escapa el amor en suspiros ahogados que tienen tu nombre, así es como se me escapa el amor... Como se me escapa tu sonrisa dormida en mi recuerdo, como se me escapa tu mirada al cielo sin estrellas, como se me escapa el amor...

Se te escapa el amor cuando ves un petirrojo volando. Se te escapa el amor en mis poemas, o eso es lo que supongo yo. Se te escapa el amor como se me escapa a mi, esperando que llegue el alba y recibir tu carta.

No permitamos que nos roben el amor...

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