Quienes me inspiran a seguir

sábado, 12 de marzo de 2011

Gitana




Giraba, danzando sobre la hierba, dejando que la brisa nocturna acariciara sus extremidades que armónicas se movían en el espacio, haciendo ondas de oleaje, curvas sensuales. Sus piernas se estiraban cuan largas eran, dando saltos, estirándose, doblándose... Ella era una mujer digna de admiración y asimismo lo demostraban los hombres que la aplaudían, pidiendo más de ese baile que ella les regalaba en esa estrellada noche de luna llena.

Baila gitana
Baila doncella
Baila digna
Baila bajo las estrellas


Una gitana orgullosa, así de hacía llamar. Jamás decía su nombre, no era necesario y aquel que lo preguntara solo se llevaba cien años de soledad y una triste canción nocturna en las noches sin luna ni estrellas. No hablaba más de lo necesario, solo se dignaba, como en ese momento a moverse como le habían enseñado, a moverse por el espacio, danzando, como era de esperarse de ella y como ella misma había descrito una vez, que era su pasión.

Baila gitana
Baila doncella
Baila arrepentida
Baila bajo las estrellas


Terminó de danzar y se dignó a quedarse allí, sentada, escuchando los aplausos, las ovaciones, sintiendo más potente la brisa fría, nocturna acariciando su piel, haciendo danzar su cabello. Suspiró antes de levantarse y reverenciar a su público, haciendo una inclinación agradecida, sintiendo como su espíritu se elevaba hacia las nubes que la observaban desde la lejanía, agradeciéndole su danza, al igual que la luna azul, brillante, esplendorosa.

Baila gitana
Baila doncella
Baila preciosa
Baila y brilla como una gema


-¡Preciosa!

Le gritaban unos, pagando por el espectáculo que tanto había valido, levantándose de sus lugares para tratar de acercarse a la gitana, para tratar de llevarse aunque fuera una caricia suya.

-¡Maestra!

Chillaban las pocas mujeres que habían ido a ver su espectáculo, impresionadas por su garbo y su gracia, anhelando ser como ella y en el fondo de sus almas celosas de ese talento que la cubría de pies a cabeza, celosas de esa belleza.

Baila gitana
Baila doncella
Baila princesa
Baila serena


La gitana miró por sobre su hombro, barriendo con sus oscuros ojos a los presentes y entonces, alzando su dedo graciosamente apuntó a uno, apuntó a quien sería el afortunado de acompañarla esa noche. El hombre, un rubio elegante corrió presuroso a su lado para rodearla en un abrazo posesivo y perderse juntos, caminando entre la espesura. La gitana movía sus caderas sensualmente a cada paso que daba... Y a cada paso se sentía más vacía, menos humana, más fría, menos doncella.

Baila gitana
Baila doncella
Baila sensual
Baila bajo las estrellas


Lo dejó durmiendo, acomodado en el lecho, satisfecho, mientras que ella se sentía tanto o más insatisfecha que antes, tanto o más vacía que antes. Se abrazó a si misma mientras dejaba la carpa, saliendo para contemplar los resquicios de luna que quedaban, tratando de danzar, de alejarse de su desamor...

Baila gitana
Baila doncella
Baila inocente
Baila graciosa

El deseo no te basta
La lujuria te sobra
El amor falta
Bella y solitaria gitana

No hay comentarios:

Publicar un comentario