Quienes me inspiran a seguir

martes, 1 de marzo de 2011

Carta de una amante



Querido Ángel:

Aquí, mirando el atardecer comienzo a redactar mi carta. ¿Recuerdas que siempre tomaba una fotografía de lo que observaba cuando te escribía algo? Esta no será la excepción...

Lo cierto es que tengo mil razones para odiarte. Eres un idiota que se deja llevar por las palabras de terceros a la primera que pasa, acobardándose, dejando que otros controlen tu vida por temor a perder lo poco y nada que haz construido... Al final eso que tanto aprecias, eso que tantos años te tomó crear déjame decirte que no es nada, nada comparado con lo que pudo ser y no fue.

Pero no me atrevo a alejarte de ese gran proyecto de vida, no señor, eso no me importa ya. Quédate con tus sentimientos mediocres que a mi ya no me van a importar más. Me dijiste "te quiero" seguido de un "lo siento" y eso cariño, déjame decirte que no es querer, es justificarse. Estas justificando lo injustificable, estas tratando de darle una razón estable a la decisión de mierda que tomaste, pero como dije, ya no me importa.

También es muy cierto que no puedo dejar de amarte. Un amor intenso y fugaz como la lluvia de verano, un amor doloroso y autodestructivo. Me enseñaste, no puedo negarlo y dejar de agradecerte. Me enseñaste a luchar por mi y es por eso que te digo esto: Te amo pero jamás volveré a caer en tus brazos. Es probable que me cueste horrores verte caminando en una acera, sujetando la mano de tu hija mientras le regalas miradas a tu esposa, miradas que una vez fueron dirigidas a mi porque supuestamente ya no la amabas. Sí, llegué a darte una razón para volver a creer en el amor y ahora la que no cree más soy yo.

Buscaré en otros brazos el calor que los tuyos me quitaron, eso es lo que haré. Buscaré hasta saciarme de un amor no correspondido, ahogándome en el placer masoquista de amarte y odiarte a la vez... Y esta, amor mio, es mi última carta.

Ya no habrá más versos ni canciones, más te quieros o éxitos. Si, te deseo lo mejor del mundo, te lo mereces pues no eres mala persona, solo te acobardaste en el momento en que yo más te necesitaba. Lo cierto es que ya no te necesito, pues ya ni siquiera me necesito a mi misma. Hasta aquí llegó la bonita canción de amor...

Hoy comienzo de nuevo, desde cero diciéndote adiós. Cuídate y cuida a tu hija, es el regalo más grande que tienes, un tesoro que debe ser valorado... Por lo menos valora eso.

Hasta siempre

Edén

1 comentario:

  1. Hola chiquilla mía. Muchas gracias por su comentario y su visita. Un abrazo y nos vemos para la próxima Peste Negra.

    R.

    ResponderEliminar