Quienes me inspiran a seguir

martes, 11 de octubre de 2011

Enamorarse





Ninguno de los dos esperaba que aquello sucediera, no lo habían imaginado, tampoco había sido alusión de sus más locos sueños. Pero allí estaban, mirándose a los ojos de manera tímida. Ella, con sus cabellos siendo despeinados por la fuerza del viento y él, mirándola a los ojos con la emoción desbordándose de sus poros. Ella bajó la mirada hacia sus manos, él se perdió en aquellas mejillas arreboladas.

—Hola... —susurró ella, pensando en que no querría despertar jamás de ese sueño.

—Hola —dijo muy seguro él, mirándola seriamente, sin saber qué más hacer.

¡El amor! ¿Cómo había florecido entre ellos sin siquiera conocerse? ¿Cómo había sido posible?

Enamorarse... Esa experiencia mágica, llena de sueños tontos e ilusiones hermosas con colas de colores que uno trata de entender, comprender y aferrar para que no se vayan. Ese sentimiento lleno de beldad, lleno de cariño, lleno de misterio, tan hermoso como caótico.

Ellos se vieron y se amaron, no necesitaron más que eso. Ella sabía que él era quien había estado esperando, a quien amaría por el resto de sus días. Él sabía que ella iba a reparar su corazón, la princesa en la torre a quien él quería rescatar. No necesitaron más que una palabra, un verso, una canción para recordarse de vidas pasadas e imaginar su amor eterno en vidas futuras. Se amarían para siempre, eso era seguro.

—Estoy enamorada de ti —admitió ella, abrazándose con fuerza a su amado, llorando de felicidad.

—Y yo estoy enamorado de ti —admitió él, sonriente y alegre, viendo el rostro taciturno y sonrojado de ella.

Habían esperado tanto, habían buscado tanto ese amor ingenuo y lleno de gracia y por fin estaba allí, entre sus brazos enamorados...

Y sabían que sería para siempre...

1 comentario: