Quienes me inspiran a seguir

jueves, 11 de agosto de 2011

Deseo




Me miras, yo te devuelvo la mirada. Sé que tengo las mejillas sonrojadas, las siento arder fuertemente. También te vez ligeramente avergonzado, esa expresión te hace ver adorable. Tomo tu rostro entre mis manos, que tiemblan de manera incontrolable. Sueltas una ligera risa y yo amplío mi propia sonrisa. Soy una torpe.

—Me gusta estar contigo —te digo de pronto, y la voz me sale ronca debido a la emoción—. Cuando estoy contigo... Se me acelera el corazón.

Besas mi frente y mis mejillas, te digo que tu aliento suave y cálido me hace cosquillas. Te amo, ahora lo sé, ahora que me he dado cuenta que estoy irremediablemente enamorada de ti. Y ahora que estoy así de enamorada, puedo decir que tenía miedo de aceptar mis sentimientos por ti.

—Cuando no estoy contigo —me dices, tus ojos se ven nublados por un velo de tristeza—, cuando no tengo cómo protegerte, cuando no sé si estás bien... Siento que muero.

Terminas de cerrar nuestro contacto abrazándome con fuerza contra tu pecho, y yo me aferro a ti como si mi vida dependiera de ello. Amo este contacto, me encanta sentirme segura entre tus brazos, me encanta derretirme con tus besos. Y ahora también me doy cuenta... Que no podría vivir en un mundo donde tú no existieras.

—Quiero estar contigo para siempre —te digo en un sollozo que es pura emoción de lo que siento por ti—. Quiero estar así para siempre, quiero que me tengas entre tus brazos por toda la eternidad...

Volvemos a perdernos en los ojos del otro. Tus ojos claros, del indescifrable color del mar calmo brillan tanto o más que el mismo océano en plena temporada veraniega. Tu sonrisa, fresca, amplia y amable me llena de alegría, una felicidad tan absurda como sentir que el suelo bajo mis pies desaparece si no estás tú cerca de mi. Rodeo tu cuello con mis brazos, tú aferras mi cintura acercándome lo más posible a tu cuerpo. Besas mi cuello con una pasión que se desborda como una copa de vino y yo simplemente suspiro. ¡Tanto anhelé este delicioso contacto! ¡Tanto desee que llegara este día!

Tus labios sobre los míos en un beso suave y casto, un beso verdadero y lleno de amor profundo, de pasión contenida. Nos apretamos más fuerte contra el cuerpo del otro y siento morir en cada roce de tus manos sobre mi cuerpo.

Ahora lo único que deseo... Es que este momento sea eterno.

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