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viernes, 19 de octubre de 2012

10 Cosas Que No Sabían Sobre Mi

A ver, comencemos con la entrada de hoy.

Sí, damas y caballeros, hoy no les traigo ninguna historia / cuento / lo-que-sea. Hoy les traigo un poco más sobre mi. Así como he hecho "30 Días - 30 Rolas" y varias entradas en las que casi he vomitado sin ningún decoro lo que siento, esta vez no será la excepción. No habrá muchas palabras bonitas, seré yo en mi peor momento -dicen que es la mejor forma de conocer a las personas- junto a mis palabras y quizás un que otro insulto, aunque trataré de medirme, en serio.

Muchas personas que siguen este Blog no me conocen, unas pocas sí. Esto va para quien quiera leerlo, así que son bienvenidos a leer si quieren y si no váyanse al carajo, pues no leen.

Sin más preámbulo, comencemos con esta primera lista de:

10 Cosas que no sabían sobre mí

-Número 10: Soy asidua fanática de Camilo Sesto.

Sí, leyeron bien, dije CAMILO SESTO.

La verdad es que desde que logro recordar cosas de manera coherente, el recuerdo más vívido que tengo es el de los domingos. Despertar con una agradable voz que no es tan agradable debido a los decibelios que alcanzaba a las seis de la mañana en, reitero, UN DOMINGO no es algo que se pueda olvidar. Mi santa madre tenía -y aún tiene, hasta donde sé- la mala costumbre de levantarse de madrugada, poner música y despertar a todo ser vivo o muerto que le rodea con la voz de este hombre. Al final resultó que con el paso del tiempo comencé a aprenderme la letra de estas canciones y, después de mucho tiempo -y muchos dolores de cabeza por despertar así-, terminé siendo fanática de este hombre.

En fin, son cosas del fútbol y de las madres desquiciadas como la mía.

-Número 9: Le tengo TERROR a las arañas / escorpiones / zancudos / etc.

Si gente, le tengo TERROR, PÁNICO, MIEDO, etcétera, etcétera, etcétera a esas... Cosas. Todos los insectos que pican me dan miedo, pero sobre todos esos, las arañas se llevan el premio.

Recuerdo cuando era una pequeña dulce e inocente -sí, claro- que no mataba ni una mosca -eso sí es verdad-. Mi hermano mayor coleccionaba arañas en frascos, a saber porqué. Un buen día una de las susodichas se le escapó de su frasquito en mi habitación, trepó en mi cama y me picó en el pecho. Pasado el susto y un par de días después con fiebre, salía a jugar como si nada hubiera pasado. Cuando me encontré con una arañita pequeña e inofensiva... Y corrí de manera histérica a esconderme debajo de la cama. Y debajo de mi cama había -adivinen- ¡un frasco con mini escorpiones! Demasiado para mi pequeña y asustada cabeza. Ahora hasta a los zancudos los miro con desconfianza y aplico con ellos el lema de "matar o morir".

-Número 8: Me gusta descargar frustración golpeando puertas.

Okey, creo que esa fue demasiada sinceridad. ¡Pero que mierda!

No hay mucha explicación, prefiero romper una puerta a patadas, sillazos u otro tipo de golpes a ir y golpear al objeto de mi frustración. Duele como el demonio después, pero no tengo que arrepentirme de nada. Una puerta rota se recupera fácilmente, una demanda por agresión... Difícil.

-Número 7: Mi color favorito es el Amarillo.

Síp, aunque no lo crean o les cueste creerlo, es verdad.

Me encanta el amarillo, desde muy peque es mi color preferido. O sea, me gustan muchos colores, pero si me hacen decidir una y mil veces, es el amarillo. Mi flor favorita es amarilla, el sol es amarillo -me gusta el sol, aún a pesar de preferir el invierno- y en otoño las hojas se visten de amarillo y se ven bonitas. Por esta misma razón, tengo un par de prendas amarillas entre mi ropa -las cuales uso tarde mal y nunca pero con mucho orgullo-.

-Número 6: En mi próxima vida, me gustaría ser un lobo.

Creo que esto no es tan sorprendente tomando en cuenta la novela que estoy escribiendo, pero ahora por si les quedaban dudas, se los confirmo. No pregunten porqué, ni cómo lo decidí ni nada, porque sinceramente no tengo idea. Solo quiero ser un lobo, nada más.

-Número 5: Cuando era niña, tartamudeaba.

Así es. Aunque me avergüenza decirlo, hasta que cumplí los doce o trece años... Tartamudeaba.

Al principio no era notorio, por lo menos no es mi casa. Pero en la escuela... Oh, santa mierda. Quedaba la grande. No podía decir más de dos malditas palabras de corrido sin que me quedara una ensalada de sílabas sin terminar a medio camino entre mi boca y el oído de mi interlocutor. Una basura.

Lo que es peor. Cuando me pongo nerviosa, aún ahora, tartamudeo.

-Número 4: Cuando estoy nerviosa, me río.

A ver, este va especialmente aquí porque está relacionado con el de arriba.

Ya dije que cuando estoy nerviosa, tartamudeo. Bueno, no suficiente con eso, me río. ¡Sí! ¡Me río como una estúpida desquiciada! -aunque cada quien se ríe como puede-. Lo que es peor es que, mientras más me río, más me pongo nerviosa y más tartamudeo. ¿Ven la relación entre todo? Es un maldito círculo de mierda de nunca acabar. Una patada al hígado... Y a los riñones... Y a todo.

-Número 3: Pienso incoherencias la mayor parte del tiempo.

No es tan difícil de imaginar, supongo. Digo, por la cantidad de cosas que subo aquí.

En fin, no hay muchas explicaciones. Paso 23 de 24 horas pensando incoherencias -algunas útiles, la mayoría son una total plasta-, incluso cuando duermo pienso/sueño incoherencias. No que me moleste, pero por culpa de eso mi atención se ha tornado bastante frágil. Quienes hablan constantemente conmigo pueden asegurarlo, de pronto me quedo "pegada" con la vista sin mirar nada en realidad mientras en mi mente se forman un montón de letras que tratan de ser una idea pero que terminan dejando peor mi estado de atención. Me trabo, me tildo, como quieran llamarlo. Al final termino diciendo estupideces porque se me olvidó o no puedo ordenar lo suficiente mi mente para decir algo coherente.

Pensar tanta incoherencia -basura- junta no es sano, en serio, se los digo yo.

-Número 2: No entiendo las indirectas... Ni las directas.

Así, tal como suena. Soy la persona más despistada que se conoce. Mi empatía es tremenda, debo decir, pero a la hora que se trata de mí... ¡Que alguien los libre! Al parecer mi mente no capta esas cosas a la primera... Ni a la segunda... Ni a la décima. Tienen que básicamente explicarme las cosas con manzanitas para poder entenderlas y, aún así, me cuesta pillarlas del todo. Es asqueroso. Pueden estar hablando de mí casi a gritos sobre un tema "privado" y yo no me voy a enterar de nada. A saber porqué soy así, solo lo soy. Me molesta.

-Número 1: Cuando tengo miedo, me escondo debajo de la cama.

Me escondo debajo de la cama abrazando un peluche o almohada, me hago una bolita y tiemblo tratando de no gritar. Soy una cobarde de primera, así que esto pasa más seguido de lo que me gusta aceptar. Y no, la verdad no me da vergüenza admitir esto porque considero que no es tan anormal como parece -mentira cochina, no conozco a nadie de veintiún años que haga esto- porque al final, así es como soy. Para bien o para mal, soy cobarde. Entierro mis miedos debajo de la cama temblando como una niña de cinco años.

Creo que quedé así luego de salir de Narnia. A saber...

-w-

Y bueno, ese fue el "10 cosas que no sabían sobre mí" de... Hoy (?). La verdad es que me tardé todo el día escribiendo esta entrada y no me importa, era algo que necesitaba tiempo. Tampoco les voy a soltar cosas groseramente importantes a la primera, me da vergüenza, pero creo que con esto basta y sobra... De momento.

Consultas, dudas, sugerencias, comentarios, wherever, hacerlos por acá, por MSN o CaraLibro -los que me tengan agregados, invitados quedan a seguirme- o no sé. Más que un gasto un gusto, se cuidan, coman chocolate y no usen esto en mi contra jamás POR FAVOR.

Un beso~

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