Quienes me inspiran a seguir

sábado, 25 de diciembre de 2010

Hola extraño

Los papeles arrugados a mi alrededor eran prueba máxima al decir que mi inspiración se había marchado. Apreté el lápiz en mi mano buena y maldije por lo bajo, escupiéndole a los astros por quitarme mi única esperanza de sentirme completa. Arrugue la hoja de papel completamente garabateada con lo que debían ser palabras y me sentí mejor. Mejor al poder expresar mi rabia dentro de ese cuarto solitario sin que nadie me molestase. Tal vez me faltaba vida social o tal vez tenía demasiada, no importaba, estaría dispuesta a dejar mi vida a un lado por recuperar mi creatividad pues era imposible que de mi cerebro siquiera pudiera salir una palabra bien dicha y escrita en el momento correcto.

Arrojé el lápiz, el cual voló ventana abajo y pude escuchar que alguien maldecía. -Genial-, me dije a mi misma antes de suspirar,-ya le volaste los sesos a alguien-. Me levanté y grité un escueto "lo siento" mientras asomaba la mitad de mi cuerpo por la ventana. Abajo había un hombre, largos cabellos rizados de color negro y ojos oscuros como la noche. Era mi ángel perverso. Sonreí de oreja a oreja y bajé las escaleras casi corriendo, tres veces a punto de caer. Abrí la puerta como si la vida se me fuese en ello y me detuve, él mirándome con su sonrisa socarrona que me hacía alucinar.

-Hola extraña -me dijo en un susurro y yo sentí que mi alma volvía a su lugar.

Le eché los brazos al cuello besando su mejilla y las lágrimas corrieron libres finalmente fuera de mis ojos, saliendo de su carne de piel y hueso.

-Hola extraño...

Y la vida se me fue en ello.

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