Quienes me inspiran a seguir

jueves, 9 de abril de 2009

Decepción

Vuelvo mi cabeza al vacío, intentando apartar mis ojos del dolor que cala frío hasta lo más profundo de mi alma magullada, expuesta al dolor que no deseo sentir, pero que sé de una u otra manera llegará… Tarde o temprano.

Mi corazón, oculto tras una gruesa capa de ladrillos que me oprime, pero que es por mucho menos dolorosa que la vergüenza y la decepción, me aleja del mundo exterior, del resto de almas cálidas que aún creo existen y que algún día, si me esmero lo suficiente, llegarán a mi desde el otro lado de la tormenta, viniendo de lugares que no puedo imaginar pues mi mente es demasiado fantasiosa y si la dejo divagar demasiado podría arrepentirme de ello.

Me dan ganas de gritar, de alejar mi dolor a gruñidos y refunfuños, de olvidar, de dejarme caer pesadamente al pavimento y que por sobre mi cabeza pase la rueda de un camión todo terreno para no tener que pensar más en nada ni en nadie… Para no tener que pensar en el dolor de las heridas que tanto tiempo me tomó sanar y olvidar, aquellas heridas que aprendí a no mirar para no lastimarme en el proceso… Esas heridas de decepción que me gusta creer son parte de mi infinita imaginación debido a falta de sueño. Entonces recuerdo algo…

“Te amo…”, escucho en mi cabeza, dolorosamente recordando tu sonrisa. “Déjame hacerte feliz…”, y rompo en risotadas frenéticas que quieren escapar con ironía de mi, burlescas como dagas hacia tu corazón… Dirigidas a ti para hacerte saber que no te necesito, que sin ti estoy mejor, siendo sínica hacia ti, y por sobre todo a mi misma, escondiendo mis lágrimas secas… Mi corazón roto…

Me burlo y busco venganza hacia ti mientras te alejas con quien una vez me prometió estar siempre apoyándome… Junto a quien me prometió estar conmigo en las buenas y en las malas… Te veo marchar junto a quien, una vez, fue mi mejor amiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario