Quienes me inspiran a seguir

lunes, 30 de abril de 2012

Estrella de la Mañana


Ella se ha ido para siempre, ahora camina de la mano con otro y yo... Yo estoy aquí, muriendo de amor por ella. Y ella no parece darse cuenta, pues se ha marchado sin mirar hacia atrás en una última vez que es definitiva. El sol que iluminaba mi medianoche se ha ido y estoy en penumbras.

¿Cómo un hombre puede sufrir tanto por amor?

No estoy seguro de que alguien pueda responder a esa pregunta, pero sí estoy seguro de lo que dicen por ahí: Que el hombre solo se enamora una vez en la vida. Yo me enamoré, tal vez, de la mujer equivocada, y ahora no sé cómo resolver el nudo que tienen mis venas alrededor de mi corazón...

—Disculpa... —alzo la vista. Una muchacha de profundos ojos color chocolate me observa, parada frente a la banca en la que estoy sentado y, antes de poder decir nada, ella vuelve a hablar— ¿Estás bien?

Es una bella chica, con un rostro agradable y una sonrisa temblorosa. Su voz es adorable y cálida. Ojalá me hubiera enamorado de una persona como ella.

—Estoy bien, gracias —digo rápidamente, empujando una sonrisa.

Ella sonríe, me da un inesperado beso en la mejilla (en el mismo lugar que ella me besaba) y se va a sentar rápidamente a la banca que está justo frente a la mía. Me mira desde allí, sonriente, antes de abrir un libro y perderse en sus páginas. No sé porqué pero su sonrisa mientras lee, esa sonrisa pronta que sale como los rayos del sol en un día de verano, hacen que mi corazón deje su estado agitado.

Tal vez... No necesito un sol de medianoche.

Me levanto y camino hacia ella, sentándome a su lado y sonriendo ante su repentina expresión sobresaltada. Tan ensimismada estaba en su lectura que no me ha escuchado venir, a pesar de que las hojas de los árboles de otoño crujen bajo mis pies.

—Me llamo Aramis —digo sonriendo, ella también sonríe.

—Yo soy Cassandra —beso su mejilla y ella ríe, una sonrisa que es como el mismo sol que acabo de perder.

Si no tengo cuidado, ese sol de medianoche será reemplazado por esta estrella de la mañana.

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