Quienes me inspiran a seguir

jueves, 31 de enero de 2013

Del Amor y Otras Quimeras

Confundes mis sentidos. ¿Es que acaso no te das cuenta? Es como si no lo vieras, como si no lo notaras. Pero al mismo tiempo eres consciente de lo que haces.
Es fastidioso.
¿Esperas algo de mí? ¿Porqué me ves con esos ojos? ¿Porqué tu voz hace que sienta fuego en mi piel?


A veces puedo sentir cosas que no quiero, ¿sabes? Cosas que no me permití sentir en plenitud por terror a lo que pudiera pasar. Pero aquí estás tú, rompiendo todos mis esquemas y diciendo que temes lastimarme. ¿Y eso qué importa? ¿Acaso no puedes ver que más daño nadie puede hacer?

—¿Qué tienes?

Encuentro tu mirada caoba, tan profunda e impactante que es como una bofetada. Pero no duele, sino que me estremece. ¿Acaso no puedes ver el efecto que causas en mí? Es como si me arrojaras un cable de corriente al agua en la que reposo. Electrocuta y quema, pero creo que lo soportaré. Ahora soy como una anguila eléctrica.

—¿Porqué preguntas eso? —te regalo mi mejor sonrisa despreocupada y tus manos me alcanzan.

Tus brazos rodean mi cintura, me acercas a ti, damos vueltas. Es terrible, ¿sabes? Porque no me siento mareada pero aún así siento esas estúpidas abejas asesinas en el estómago. Y es tu culpa, tú las generas. ¿Te harás responsable? No exijo nada más que una mirada, espero que lo sepas. No quiero un compromiso de por vida. Solo quiero sentirme tranquila en unos brazos que no me exijan más de lo que puedo o quiero dar.

—Me matas cuando me miras de esa manera —susurra en mi oído.

Todas mis terminaciones nerviosas chillan de felicidad. ¿Cuándo fue la última vez que me había sentido así de... deseada? No logro recordarlo. Un sonrojo idiota se instala en mis mejillas y golpeo tus hombros para que me bajes de una buena vez. En lugar de eso simplemente me aprisionas contra un árbol y entre tus brazos, contra tu pecho, yo me derrito. Trato de alejarte de un empujón, pero es inútil. No tengo fuerzas ni disposición para que te alejes más de una exhalación.

—Es la única mirada que tengo...

Y nos besamos. Y es terrible, ilógico y absurdo, ¡es irracional! Remueves tanto dentro de mí que... Que me quedo sin pensamientos coherentes. Ya nada tiene sentido solo por culpa de tus manos, que se aferran a mi cintura con fuerza. Por culpa de tus besos, que me hacen olvidar dónde estoy y quién soy. ¿Acaso no ves lo que creas en mí? No, creo que sí lo ves... pero creo también que quieres que te lo diga.

Sabes que jamás lo diré porque... Tengo miedo a que este sueño termine.

1 comentario: