Quienes me inspiran a seguir

sábado, 5 de enero de 2013

Sombra


Puedo verlo en la distancia, medio oculto entre la pila de escombros que una vez fueron un hermoso palacio. Y me pregunto qué es lo que sucedió para que este caos se aposentara en estos lugares que, alguna vez, fueron tan hermosos.

Porque en miles de sueños he estado en este lugar. Y la última vez que estuve aquí todo era calmo y pacífico. Bueno, eso fue antes de que todo sucediera y de que este mundo fuera parte de mi mundo.

Creo que he de remontarme a épocas pasadas en las cuales entregué cosas a seres equivocados. Seres de sombras y oscuridad. O tal vez no debo remontarme tan atrás, sino un poco más cerca, un par de décadas antes de que la desdicha arrasara los cultivos que con tanta dedicación una vez cuidamos.

Pero ahora la tromba marina se fue. Y ahora que regreso para poder armar todo en soledad una nueva sombra aparece. Pero no es una sombra como tal, no es oscura. Pero siente miedo y está perdida, así como también yo lo estuve muchas veces.

Cierro los ojos y tomo una profunda inspiración, llenándome de poder. Porque lo necesito. Y esa sombra perdida y taciturna también lo necesita. Así que tomo mis armas y las sujeto con ambas manos, más armas de las que puedo sujetar en realidad. Me calzo las botas de la fuerza, la armadura de la voluntad, la espada de la sabiduría, el martillo de la paciencia y la lanza de la precaución. Porque mujer precavida cuenta por dos. Abro los ojos de nuevo y comienzo a acercarme. La sombra tiembla al sentir mis pasos y se hace, si acaso, más pequeña en su oscuro rincón destrozado.

No, esta no es la forma, no es la manera. Detengo mis pasos y miro mis armas un segundo, dudosa. Jamás me he enfrentado a nada sin ellas y no estoy segura de ser capaz de poder hacer algo sin tenerlas. Entonces recuerdo que sí tengo un arma más, aunque no estoy segura de que realmente funcione. Siento miedo del resultado posible y tiemblo, pero al ver de nuevo a esa sombra me doy cuenta que mis miedos en realidad no significan nada comparado a sus miedos. Me quito las botas, dejo caer las armas al suelo y la armadura desaparece. Me siento desnuda en este momento...

La sombra alza la mirada, tímida y miserable en mi dirección. Y no estoy segura del porqué, pero sonrío. Sonrío como hace mucho tiempo no había sonreído y siento una felicidad que cae en lo absurdo. Con mis pies desnudos comienzo a avanzar, lentamente y sin prisas mientras la túnica que tanto miedo me da portar en público recae sobre mis hombros. Y me siento dichosa de poder volver a sentirme cómoda así.

A medida que avanzo, los prados retoman ese color verde esmeralda que antaño los caracterizó. A medida que mi corazón comienza a latir otra vez, me doy cuenta que solo faltaba que esa parte de mí regresara con más fuerza para poder ser capaz de avanzar hacia nuevas metas. Pero avanzar de verdad.

La sombra se vuelve más pequeña, esconde su rostro tímido y sucio entre sus manos sangrantes y tiembla. Una lágrima quiere escapar de mi mejilla, mi nuevo corazón palpitante duele como hace mucho tiempo no sentía tal dolor. Pero me contengo y aguanto. Los golpes de ese desamparo llegan hasta mí con fuerza, pero me mantengo firme hasta arrodillarme a unos pasos de su lugar. No alza la mirada y yo no me atrevo a acercar mi mano para regalarle una caricia conciliadora.

—Hola... —susurro, tratando de que mi voz no suene quebrada. Sin mis armas es un poco difícil, pero jamás nadie dijo que fuera imposible. Nada es imposible— ¿Estás perdido?

Se esconde más entre sus manos, trata de hacerse más pequeño, el charco de lágrimas bajo su cuerpo se acrecienta hasta que llega a mis rodillas, quemando como si se tratara de ácido. Aún así no pierdo la sonrisa, no debo perderla. Me acerco un poco más, gateando, quemando mis manos con esas lágrimas y la sombra se sobresalta, como si presintiera que es el momento de huir. Alzo mi mano con cuidado, lentamente, y la dejo sobre su hombro magullado, herido y sucio. La sombra grita como si mi suave contacto le doliera, aunque en realidad mi contacto no hace más que sanar sus heridas.

—Tranquilo, no voy a hacerte daño, ¿ves? —indico. La sombra me mira con sus ojos nublados por un velo que me destroza el corazón, pero me mantengo unida. Me necesita unida— Todo va a estar bien...

Su mirada me taladra con fuerza, como si fuese la manera de llegar a mi alma y poder leerla como las páginas de un libro abierto. Y no opongo resistencia, porque hacerlo sería obligarlo a dudar de mí. Y no quiero que nadie nunca más dude de mí porque yo ya no siento dudas sobre quien soy.

—¿Cómo...? —la palabra le sale gruesa, temblorosa, afilada también. Cierra la boca, como si no supiera qué decir y espero. Puedo esperar por su pregunta todo el tiempo que sea necesario— ¿Cómo sabes... que todo va a estar... bien?

La palabra "bien" sale de sus labios casi con dolor, como si no fuese capaz de creer que esa palabra tenga un significado real en este mundo o en cualquiera de los otros tantos mundos que existen. Y yo sonrío, me acerco un poco más y apreso el cuerpo de esa pequeña sombra entre mis brazos y contra mi pecho. Es tan pequeño, tan frágil que temo lastimarlo con mi abrazo. Y la sombra lanza un grito de terror, pero me dedico a acariciar sus claros cabellos mancillados por la suciedad para tranquilizarlo.

—No lo sé —digo simplemente. La sombra, que comenzaba a relajarse, se tensa entre mis brazos. Suelto, sin querer, una carcajada sin sentido—. No lo sé, pero... Lo siento. Siento en ese corazón que escuchas latir que todo va a estar bien.

Mis palabras lo asustan, lo sé, pero todos sentimos miedo. No es que quiera admitirlo, pero estoy aterrada incluso desde mucho antes de poder salir de mi propio lugar oscuro para regresar a construir este mundo. Pero el miedo no significa nada en comparación a lo que estoy sintiendo ahora. Porque este lugar, que una vez fue tan solitario... Este lugar, que una vez todos despreciaron fue encontrado por esta pequeña sombra que, sin querer, en su búsqueda de refugio, vino a parar aquí. Y este mundo está lleno de sombras que necesitan un refugio como una vez yo lo necesité. Por eso reconstruiré este lugar para este ser y el resto de las sombras que lo necesiten.

Y estoy segura que, muy pronto, este ser hermoso ya no será más una sombra. Lo sé.

4 comentarios:

  1. Fascinante lectura,
    apela al niño interior y tiempos pasados,
    genial la fase de desarme <3,
    la ambientación logró crear paisajes.
    "la tromba" no sonó como las otras notas, o no la supe escuchar xD

    disfrute el relato =]
    nos leemos!
    PS:disculpa mi fluidez al escribir xd

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    Respuestas
    1. Gracias por su comentario, en serio.
      Ay, adoro a la pequeña sombra. Espero con el tiempo poder desarrollar del todo su potencial, porque tiene mucho.
      Ains, el desarme me costó un mundo, ni se imagina.
      La próxima ambientación le encantará, estoy segura.
      Tromba xD! ¿Sabe lo que es una "tromba marina"? No tenía otra forma de explicarlo D:

      Me alegro que lo disfrutara. ¡Nos leemos!

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    2. sip, las veo todos los dias xD
      recien hoy volví a visitarte,
      leeré +
      bye bye~

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    3. Gracias por leerme *w*
      Me hace feliiiiiz~
      Espero disfrute todas sus lecturas :D

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