Quienes me inspiran a seguir

sábado, 30 de enero de 2016

30 días, 30 relatos - Día 25

25.- Tema: Agua (escribe lo que sea que te venga a la mente que involucre agua).




Sentía como si se estuviera ahogando. Como si la hubieran arrojado a un lago y ya no pudiera respirar, porque el agua se metía dentro de su nariz y boca, yendo por su garganta directo a los pulmones. Se estaba ahogando, y no podía gritar por ayuda. No podía emitir ningún sonido porque el agua oscura, turbia, se lo impedía. Y le ardían los ojos, no podía ver más allá de manchas borrosas y ondulantes en esa oscuridad acuosa.

—¿Estás bien?

Ella salió de su ensoñación, mirándolo de repente. No había cambiado, seguía siendo ese estúpido sonriente que la miraba como si fuera un chiste andante, a pesar de que ya no tenía ese derecho.

—¿Por qué no lo estaría?

Su típica respuesta evasiva. Él la miró atentamente, con sus ojos fijos en la sonrisa forzada de sus labios rojos. Y a ella no le importó. Aún se ahogaba, aún el agua llegaba directo a sus pulmones, y no sabía cómo nadar lejos de allí con los pesos gigantes que se habían agarrado a sus tobillos y a su corazón.

—Dime.

—No.

—Dime.

—Que no.

—¿Por qué no?

Ahí estaba la pregunta. La misma pregunta de siempre. La misma pregunta pero sin el ánimo de la insistencia. Ahora estaba en el fondo del lago, sin posibilidad de escapar.

—Porque eso es lo bueno de que rompieras conmigo —escupió, sin apartar la sonrisa de sus labios—. Ya no tiene que importarte y yo no tengo por qué decirte.

Y se fue... aún ahogándose por dentro.

viernes, 29 de enero de 2016

30 días, 30 relatos - Día 24

24.- Si fueras a un viaje o crucero, describe la experiencia que te gustaría tener y los lugares que te gustaría visitar.





—Si tuviese que elegir un lugar —comenzó ella—, sería simplemente agarrar una mochila e ir a donde el viento me lleve. Lejos, eso sí, preferentemente cruzando el océano. Pero salir, ir a algún lugar que no haya visto con mis propios ojos. Quizás a un desierto, y escribir bajo el manto estrellado. Ir a diferentes puertos en lugares apenas conocidos por el turismo. Aprender sobre marejadas de los locales, y disfrutar de la vista del atardecer una y otra vez, sin ser capaz de aburrirme. ¡O ir a un lugar de invierno eterno! Caminar bajo la lluvia, bailar sobre los charcos y que todos crean que estoy loca. ¡Quiero conocer distintos tipos de cielo, en todos lados! Verificar con mis propios sentidos si los colores, el sol y hasta la brisa son iguales aquí o en China...

—¡Oye, más despacio! —rió él, sujetando una de sus manos— ¿Y dónde me vas a llevar a mí? ¿En una maleta?

Ella lo miró seriamente antes de decir:

—Nunca mencioné que quiera compañía. Es un viaje mío, para mí, para conocer mis límites y vivir mis propias experiencias. Sola. Porque viajar solo es necesario para todas las personas en la vida, y hay que hacerlo por lo menos una vez antes de arrepentirte. Porque si no lo haces, terminarás siendo un amargado. Y yo no terminaré de esa manera.

jueves, 28 de enero de 2016

30 días, 30 relatos - Día 23

23.- Escribe una entrada de diario para tu personaje ficticio favorito.


Nota: Tengo demasiados personajes favoritos, así que hice una sorteo con papelitos. La elegida fue Egg Lyton Gore, un personaje de Tragedia en tres actos de Agatha Christie.





Querido diario:

No puedo dormir. No puedo comer. No puedo dejar de pensar en esto.

Apoyo completamente la teoría de mi querido sir Charles. Lo sucedido en la fiesta, lo que le sucedió al pobre sir Babbington no fue más que un asesinato. ¡Lo sé! ¡Lo sé de la misma manera ardiente en que mi corazón grita los sentimientos por sir Charles!

Pero nadie me escucha. Y ahora sir Charles se ha ido. Dicen que se ha marchado para no regresar, que nunca volverá por estos lugares. Y yo, ¡oh! ¿Qué haré sin él? Le extraño, y anhelo poseer su amor.

Debo hacer que regrese. Tengo que encontrar la manera de llamar su atención y que vuelva. Y cuando eso suceda, debemos averiguar, juntos, quién fue el desalmado que asesinó al pobre sir Babbington. Pero lo principal es que él vuelva. Que vuelva y se percate de mi presencia. Y cuando eso pase, se dará cuenta de cuán fervientemente lo amo.

Egg.

miércoles, 27 de enero de 2016

30 días, 30 relatos - Día 22

22.- Create una vida pasada. ¿Quién eras? ¿Qué hacías?


Nota: Llevaba varios días sin poder escribir, así que apenas me estoy poniendo a tono con el asunto otra vez.


Le gustaba su trabajo. Encontraba un admirable satisfacción en aquello que hacía. Y si bien era cierto que nunca podría ir más allá, como siempre había querido, su vocación de servicio era más grande que sus ambiciones profesionales.

No le importaba tener una familia, aunque muchos la tacharan de solterona. Llevar una vida libre de ataduras familiares significaba que su familia de servicio podía consumir todo el tiempo que necesitaran. Porque no había nada más importante para ella que eso. Servir al enfermo, al desvalido, ayudarlo y cuidarlo, guiarlo en su recuperación y ser la voz de aliento y esperanza.

Muchos podrían decir que era una simple "enfermera", pero esa simple enfermera había ayudado a más personas de las que podría llegar a contar. Y eso la hacía dichosa.

martes, 26 de enero de 2016

30 días, 30 relatos - Día 21

21.- Ve hacia afuera. Siéntate en el garage, en el jardín o en la playa y escribe sobre la naturaleza.




Nunca puedo ir demasiado lejos para admirar la naturaleza. En realidad, nunca puedo ir lejos para apreciar las maravillas naturales, pero aún tengo esta terraza, y supongo que peor es nada.

El ruido de la ciudad comienza temprano, y aunque es un condominio y casi no se siente el paso de los automóviles, aún así se escuchan los gritos de los niños. Insisto: peor es nada.

Me siento y miro lo poco y nada de naturaleza que hay aquí. Una hilera de árboles de baja altura a mi izquierda, unos cuantos matorrales abajo, y las copas de los árboles de las calles siguientes. No es mucho, pero a esta hora es suficiente para relajarme. El paisaje durante la noche es mejor. Si bien en esta ciudad casi no se ven las estrellas, sí aparece de manera ocasional la luna, y las luces de las farolas le dan un ambiente más relajado a la tranquilidad nocturna. Pero ahora es de mañana, y no hay tranquilidad, ni luna, ni farolas encendidas.

En momentos así es que extraño como nunca el mar, el olor a sal en el ambiente, y las estrellas de la costa, en un lugar casi sin contaminación.